FERIA Toros en Sevilla hoy en directo | Morante, Castella y Rufo en la Maestranza

La Lanzada

Sin opciones ante la fuerza de la evidencia

  • Un chaparrón a la hora de salida acabó con las esperanzas

La crónica de los momentos vividos ayer en la parroquia de San Martín es un calco a la del año 2005. El Miércoles Santo se había estropeado desde primera hora, desde que la cruz de guía de la Sed se volvió porque empezaba a llover cuando llegaba al sanatorio de San Juan de Dios. Ya habían dicho que no salían San Bernardo y el Carmen Doloroso y se lo pensaban el Buen Fin y el Baratillo.

Pero llovía. Y no una llovizna sino un chaparrón fuerte en las puertas de la parroquia de San Martín. Tanto que se formaban charcos en el exterior del templo y disolvía a los pocos valientes que esperaban todavía la salida de la Lanzada. La radio transmitía que el Buen Fin y el Baratillo habían decidido no salir y el cielo seguía oscuro.

En el interior de San Martín aún quedaba una pizca de esperanza. "Nos han dicho que hay una mínima posibilidad de que haya un claro en las próximas horas. Vamos a esperar, a ver qué nos trae Dios", decía uno de los hermanos más antiguos de la cofradía, uno que recuerda que cuando empezó a salir, hace más de 50 años, llovió cuatro años seguidos y luego estuvo más de 30 sin mojarse. "Todavía se puede pedir una media hora porque no hay cofradías delante", opinaba otro.

Pero eso era absurdo ante la fuerza de la evidencia. Llovía cada vez más fuerte en las puertas de San Martín y el hermano mayor, Ignacio Respaldiza, tomó el micrófono para anunciar que la Lanzada no iba a salir este año. Al igual que pasó en otros templos, los nazarenos tenían asumido desde pronto que no iban a procesionar. Incluso hubo alguno que no se vistió.

Los que sí lo hicieron llegaron a San Martín con las capas recogidas en la mano y la parte baja de la túnica completamente empapada. "Así no se puede salir". La cuadrilla de los costaleros altos del paso de misterio movió al Señor de la Lanzada dentro del templo para dejarlo en su ubicación definitiva. Una crónica similar a la de tantas otras salidas frustradas de ayer y a la de 2005. "Treinta años sin lluvia y en tres años nos quedamos dos veces sin salir". Así son los caprichos de la meteorología.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios