Sida y tercera edad

Las personas de edad avanzada con VIH son diagnosticadas muy tarde

  • El crecimiento de la esperanza de vida y el desarrollo de los tratamientos ha permitido el envejecimiento de la primera generación española con VIH · Especialistas proponen mejoras en su atención sanitaria

Un mayor conocimiento de la enfermedad y el avance en las terapias antirretrovirales han favorecido en los países ricos una evolución normal de los pacientes con VIH que les ha permitido llegar a la tercera edad. El progresivo acceso al tratamiento facilita que cada vez más personas envejezcan con VIH. En los últimos años, diferentes estudios han evidenciado que, a largo plazo, la infección puede acelerar el proceso natural del envejecimiento.

Según informa el Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH, las personas de edad avanzada son diagnosticadas de forma tardía. Esa es una de las ideas aportadas por la investigación llevada a cabo por profesionales catalanes y la Fundación de Lucha contra el Sida que ha definido algunas diferencias entre el manejo de la enfermedad en personas adultas jóvenes y en la tercera edad.

Con el objeto de incrementar los conocimientos en relación a este asunto, Beatriz Mothe, Bonaventura Clotet y sus colaboradores, junto a la Fundación Lucha contra el Sida, diseñaron un estudio multicéntrico y transversal para describir las características epidemiológicas de las personas con edades a partir de los 70 años en Cataluña. El análisis contó con 179 participantes de 8 hospitales universitarios de Barcelona, representando el 1,5% de las personas con VIH que recibieron seguimiento en dichos centros durante el año 2008.

Tres cuartas partes de los participantes eran hombres, de los que el 87% había adquirido el virus por vía sexual. En el 69% de los participantes, la infección había sido diagnosticada antes de que la persona cumpliera 60 años. El 52% de los participantes presentó inmunosupresión avanzada en el momento del diagnóstico, con recuentos de CD4 inferiores a 200 células por milímetro cúbico. En el caso de pacientes más jóvenes de la misma zona, según un estudio de cohortes realizado, este hecho se observó sólo en el 34% de los casos. La mayoría de los participantes seguía un tratamiento antirretroviral con varios fármacos en combinación, alcanzando una carga viral indetectable y un recuento de CD4 de 350 células por mililitro cúbico o superior.

Según el estudio, publicado en Current HIV Research en el momento del estudio, un total de 154 participantes (86%) presentaban, al menos, una enfermedad añadida. Así, las más comunes fueron la redistribución anómala de grasas, conocido como lipodistrofia (58%), niveles alterados de lípidos (54%), hipertensión (36%), hiperglucemia o diabetes (30%), enfermedades cardiovasculares (23%), insuficiencia renal crónica (18%), historial de cáncer o presencia de alteraciones precancerosas (17%) y deterioro cognitivo (11%). Las tasas de diabetes, alteraciones en los niveles de lípidos y cáncer fueron considerablemente más elevadas en el grupo del estudio que en el caso de personas no seleccionadas por edad (un 28%, un 17% y un 7% superiores, respectivamente). Los participantes estaban tomando un promedio de 3 fármacos (rango entre 1 y 10) además de los antirretrovirales. "Las personas de edad avanzada están diagnosticadas de forma tardía, con recuentos de CD4 bajos, afectados con frecuencia por comorbilidades y, en consecuencia, polimedicadas", afirman los autores en el texto de su estudio. Así, consideraron necesario el establecimiento de regímenes antirretrovirales personalizados con un seguimiento cercano por parte de especialistas.

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