Sevilla

Demuestran que la prueba cruzada virtual en trasplante renal evitaría muchos rechazos

  • Expertos del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla afirman que la prueba cruzada virtual podría marcar un antes y un después en las decisiones clínicas establecidas para la asignación de un órgano.

Investigadores del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla han demostrado, con un estudio retrospectivo en el que se han incluido 892 pacientes trasplantados renales durante los últimos 17 años, que la denominada prueba cruzada virtual arroja datos "muy relevantes" para predecir un posible rechazo del órgano trasplantado, aumentando la sensibilidad y la precisión de los estudios convencionales y ganando en supervivencia del órgano y del paciente.

"Nunca antes se había validado esta prueba molecular en una cohorte de pacientes tan elevada, por lo que pensamos que los resultados son más que válidos para modificar nuestra forma de proceder en la elección del receptor, especialmente cuando se trata de pacientes muy inmunizados y con mayor riesgo de rechazo", ha afirmado en dicho estudio el jefe de servicio de Inmunología y líder de este grupo de investigación, el doctor Antonio Núñez, que ha aportado ya bajo la misma teoría de inmunidad varios avances en el campo del trasplante, tanto hepático, como cardiaco, renal y de médula ósea. Y todos ellos con el mismo objetivo de mejorar la supervivencia de los pacientes trasplantados previniendo el rechazo.

En los pacientes estudiados desde enero de 1993 a febrero de 2010, los investigadores han detectado diferencias de supervivencia considerables si la prueba cruzada virtual ha sido positiva, es decir, si existen anticuerpos HLA específicos del donante en el receptor y a pesar de que en la prueba estándar no se hayan detectado.

De este modo, la supervivencia baja del 90 al 75 por ciento en los primeros cinco años del trasplante si el receptor tiene dichos anticuerpos, siendo aún más acuciada la diferencia a los 12 años del trasplante, bajando la supervivencia del injerto del 80 al 48 por ciento.

Con estos datos, recogidos en la revista científica Nephrology Dialyisis Transplantation, los investigadores proponen complementar las pruebas cruzadas clásicas, con estos estudios de biología molecular "que no implican molestias para el paciente ni ralentizan el proceso del trasplante", en cuanto se hacen con una tecnología diagnóstica ya disponible y en los mismos tiempos que se hace la determinación estándar, "pero con una sensibilidad mucho mayor", según esta investigación del hospital sevillano.

"Nos beneficiamos todos: el receptor, especialmente aquellos que se encuentran con un sistema inmunológico muy sensible, ya que la asignación es mucho más exhaustiva, mejorando la supervivencia del injerto, evitando rechazos y disminuyendo la necesidad de tratamientos inmunosupresores demasiado agresivos; también los profesionales sanitarios, que consiguen unos resultados clínicos mejores para sus pacientes, y el propio sistema sanitario y de donación y trasplantes, consiguiendo una mayor eficacia de un tratamiento", argumentan los inmunólogos Antonio Núñez y María Francisca González.

"La enfermedad renal crónica constituye un gran problema desde el punto de vista humano; también en el aspecto socioeconómico, por la complejidad organizativa y alto coste de la diálisis", ha agregado el responsable de Nefrología del Virgen del Rocío y otro de los autores del estudio Miguel Ángel Gentil.

Para Gentil, la solución ideal para los pacientes es el trasplante renal, cuando éste es posible y así se indica clínicamente. "Sus resultados a corto plazo han mejorado mucho con los nuevos inmunosupresores, pero la supervivencia a partir de los primeros años ha seguido estancada en la última década. Cualquier avance en este sentido, como el que ofrece la prevención del rechazo por anticuerpos, puede suponer un formidable paso adelante", ha concluido.

Los responsables de llevar a cabo esta investigación son José Luis Caro, María Francisca González-Escribano, María José Acevedo y Antonio Núñez, del servicio de Inmunología del Virgen del Rocío y del grupo investigador del Instituto de Biomedicina de Sevilla, así como Francisco Manuel González-Roncero y Miguel Ángel Gentil, nefrólogos de la Unidad de Urología y Nefrología.

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