El grupo Cepsa descarga anualmente en la monoboya que surte a la Refinería La Rábida (RLR), en Palos de la Frontera (Huelva), una media de 700.000 toneladas mensuales de crudo -entre 74 y 84 barcos-, lo que supone alrededor de 8,4 millones de toneladas al año, siendo el tiempo medio de descarga de 30 horas.

Por su parte, el volumen de descarga en la monoboya de la Bahía de Algeciras está en torno a los 12 millones de toneladas al año, aunque ha habido algún año puntual en el que esta cifra aumentó debido a los trasvases realizados a Huelva, mientras ha habido reparaciones. De esta forma, en total, Cepsa recibe en sus refinerías de Huelva y San Roque un volumen de descarga de más de 20 toneladas de crudo al año.

Así lo explicaron ayer los capitanes de Cepsa Petronuba, Manuel Pérez, y de Cepsa Gibraltar-San Roque, Ricardo Pulido, tras una visita a la monoboya que partió en un catamarán desde el Puerto Deportivo de Mazagón. Ubicada a diez kilómetros de la costa onubense, junto a la monoboya estaba ayer operando el imponente petrolero Teide Spirit, si bien el fuerte viento impidió visitar sus instalaciones.

La monoboya está ubicada a 5,8 millas náuticas del faro del Picacho (Mazagón) y consiste, principalmente, en un cuerpo cilíndrico de 10 metros de diámetro con un cilindro concéntrico interior de 3,550 metros y un faldón en el fondo de 13,660 metros de diámetro. En la estructura flotante de Huelva se realiza la descarga de crudo con destino a la refinería, permitiendo el amarre de barcos del tipo canal Suez con una capacidad de crudo de 150.000 toneladas de las que se descargan unas 140.000.

El crudo llega hasta refinería a través de una línea submarina y otra terrestre que conecta la monoboya con los tanques de almacenamiento. En diciembre de 2011 finalizaron las obras de sustitución completa de los 10 kilómetros de la línea submarina original para el abastecimiento de crudo con la que la RLR comenzó su andadura y cuyas primeras renovaciones se iniciaron en el año 2000.

Según explicó Manuel Pérez, el proceso habitual desde que llega el barco hasta que el crudo arriba a la refinería es "sencillo" y se realiza a través del amarre a la monoboya, paso intermedio de la descarga. Tras el mismo, se inspecciona el barco y la descarga arrancará a un ritmo muy lento. "Ésta se realiza mediante una manguera y la línea que conecta la monoboya con la refinería, intercambiando el crudo del barco a través de sus bombas, hacia la refinería", señaló.

Sin embargo, en este proceso -que puede durar en total hasta unas 34 horas- es importante controlar que el remolcador a popa, encargado de velar por la situación del petrolero, no haga muelle con el mismo, para lo que es fundamental que el petrolero esté totalmente parado.

Las descargas que se realizan en la monoboya únicamente son de crudo y la tipología del mismo depende de cómo esté el mercado. En Huelva principalmente se recibe crudo de Nigeria y otros espacios de África, de Rusia y México.

Abastecimiento: La relación crudo-productos es la que justifica los precios

Alfonso Mingarro, responsable del departamento de Aprovisionamientos, Crudos y Productos de Cepsa, explicó ayer los entresijos del aprovisionamiento, primera fase del proceso realizado por Cepsa que, según señaló, es "complejísimo" por haber muchas alternativas de crudos y productos y por moverse en mercados especializados y volátiles. Según señaló, los crudos no se valoran por su "calidad" (buenos o malos), sino por la rentabilidad que aportan en cada momento. De esta forma, el valor absoluto del crudo es casi irrelevante para el refinero, ya que "lo que importa es la relación entre el crudo y los productos". Los crudos de referencia son el Brent (Europa), WTI (América) y Omán/Dubai (Asia). Será la relación crudo-producto la que justifique los precios. En Europa, la publicación Brent Dated es la que los fija y se negociarán los diferenciales según la calidad y la situación geográfica. Así, puede decirse que el precio depende de la suma entre lo que fije 'Brent Dated' y los diferenciales.

Seguridad y transporte: Procedimientos 'Vetting' para evitar accidentes 

La Inspección Vetting es un procedimiento esencial que se realiza a los buques que operan en las terminales de Cepsa y también a los fletados que transportan cargas implicadas en operaciones comerciales (aunque no toquen terminales propias) para comprobar que se cumple la normativa de seguridad. Según explicó el responsable de Operaciones, Enrique Ortiz, el armador debe remitir al departamento de Vetting el cuestionario reglamentario que puede descargarse en la web de Cepsa debidamente cumplimentado y, una vez que se evalúa, se recopila toda la información referente al buque. Tras la autorización del armador,  se realizará la inspección física. Los buques deben cumplir con los convenios internacionales, las regulaciones de las autoridades portuarias y las normas de los organismos marítimos más cualificados, así como los procedimientos adecuados sobre seguridad, lucha contra incendios o prevención de la polución, entre otros muchos.

Transformación: Separar, tratar y mezclar el crudo para vender 50 productos

Tras la descarga a través de la monoboya, la fase de transformación del crudo (separar, tratar, mezclar y vender) culmina todo el proceso. Antonio Monteagudo, responsable del departamento de Planificación-Distribución de RLR, explicó que, una vez recibido el crudo, "se le quitan los elementos indeseables para adecuarlo a su aplicación comercial". Más tarde se llevarán a cabo los sistemas de blending (mezclas) para obtener la gasolina 95, gasolina 98 y gasolinas de exportación aunque se fabrica hasta una cincuentena de productos en total. Según señaló Monteagudo, los equipos de Cepsa, distribuidos en una extensión de 240 hectáreas, son 110 tanques, un total de 2.600 recipientes, 50 compresores, 1.500 bombas y 2.000 kilómetros de tuberías. El responsable indicó también que existen cuatro tipos de salidas de los productos: por líneas (40%), por barco (41%), por ferrocarril (12%)y cisternas (7%).