Otro empate, otro más, pero de los que duelen. Quizá el más inmerecido de los sumados hasta ahora porque el Decano fue capaz de firmar unos buenos 70 minutos y la Balona no marcó hasta el 86, pero no por ello menos alarmante. El Decano tiene más fútbol del ofrecido, hay equipo para bastante más y un Recre que quiere estar arriba no puede ampararse en las apariciones de sus bandas o los zambombazos de Rafa de Vicente. Con esos argumentos le alcanza hasta donde le alcanza. De momento para ir de punto en punto.
Casquero tiene claro el bloque. Cambia lo justo. Aplica un plan que se muestra válido hasta cierto momento, pero insuficiente. Con la recuperación de Mario Marín tocó una pieza en defensa para jugar con un lateral puro. Nada más. El resto repitió del Artés Carrasco. Lo que vio durante una hora en Lorca le valió al toledano. Fue el modelo que trató de aplicar ante la Balona, aunque se encontró con un rival mucho más complicado que el lorquino. El dominio fue menos claro. Le tocó al Recre enfrentarse a un escenario que será habitual durante la temporada: madurar los partidos. Para ello las armas en este inicio de campeonato son muy evidentes. Las bandas desbordan para servir a Boris y cuando no llega el premio se recurre a un zapatazo de Rafa de Vicente. El rendimiento del malagueño es extraordinario, pero este Recre tiene que ofrecer mucho más porque tiene mucho más.
Cuando alguno de los atacantes albiazules arranca el Nuevo Colombino sabe que algo puede pasar. Por la derecha, por la izquierda o por el centro hay tanta calidad en los últimos metros albiazules que las ocasiones se suceden con naturalidad sin que el equipo se vea necesitado de generar más fútbol. No necesita ser mejor ni superior para rondar el gol. Ahí el grave error. En un partido equilibrado y competido como el que planteó la Balona al Decano le valió con su artillería para merecer el gol. El problema es cuando la gasolina se acaba. Es la distancia. Mientras el rival que la tiene se tiene que fabricar con esfuerzo un acercamiento, a los de Casquero con una intervención de sus estiletes le da para generar peligro. Cuando se acaba la chispa surgen las dificultades.
Fue así durante toda la primera mitad y gran parte de la segunda. El Recre quiso llevar el peso como obliga la exigencia de ser local y netamente superior en plantilla a su oponente. Por momentos lo hizo. En otros le faltó algo de profundidad. Se encontró con una Balona que presionó su salida y lo incomodó en todo momento. Ante esto, las transiciones rápidas y las apariciones de las bandas fueron suficiente para merecer al menos un tanto.
Mientras el rival lucha lo indecible para equilibrar aparece Lazo en el minuto 10 para recortar y lanzar al palo. Es lo que tiene jugar contra el Recre. Por mucho que anules al conjunto siempre te queda un cabo suelto que se apellida Lazo o Luque. A la media hora arrancó el malagueño desde su banda al encadenar un par de errores de la zaga de la Balona para ceder a Boris. El ariete albiazul falló una ocasión impropia. Con todo para fusilar a Montoya golpeó flojo y sin precisión. Ya por entonces había rondado lo suficiente el Recre la meta visitante como para ir por delante.
La Balona sólo replicó a balón parado. Una falta de Sergio Molina al borde del minuto 40 golpeó en la espalda de Santi Luque y estuvo a punto de sorprender a un Marc Martínez que atento rectificó a tiempo. Provocó la acción cierto nerviosismo albiazul y unos minutos de desasosiego que no llegaron a más. En cuanto se sacudió la presión reaparecieron sus hombres de arriba para terminar la primera mitad en campo contrario, donde mejor se desenvuelve el Decano esta temporada. Faltó la guinda.
La hora de partido se había convertido en una línea roja letal para los albiazules. Un Rubicón letal que marcaba el límite del rendimiento recreativista. Como aviso de su crecimiento esperó hasta el minuto 60 Rafa de Vicente para colocar un balón en la escuadra en otro obús marca de la casa. El tanto le dio un cuarto de hora más de resistencia a los de Casquero.
Futbolistas cargados y un rival que apretó, al Recre le tocó sufrir en los diez minutos finales. Lo hizo con más entereza que ante el Betis Deportivo. Casquero tuvo que dosificar la gasolina de sus hombres. Sin Jonathan Vila lesionado se vio obligado a sentar a Gorka y Santi Luque, mientras otros jugadores muy cansados tuvieron que aguantar hasta el final. Con sus últimas fuerzas provocó Lazo la segunda amarilla de Madrigal. De haber tenido seis cambios, seis hubiese hecho Casquero.
A la Balona le quedaba ya poco fútbol, pero bastante más energía que su rival. Cobos se tiró por el empate con lo que tenía en el banquillo. No lo mereció por juego, pero lo encontró a balón parado. Más Segunda B, imposible. Un balón muerto en el primer palo que ningún recreativista ataja y Nieblas que barre para dentro en el 86. Ya no tuvo fuerzas el Decano ni con uno más para evitar otro empate, el cuarto en seis jornadas.
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