Uno de los objetivos más complicados de cualquier entrenador es lograr que su equipo sea definible. La pregunta habitual de cualquier aficionado cuando las cosas no salen es clásica. ¿A qué juega mi equipo? La respuesta a esa pregunta suele ser un buen termómetro para calibrar el estado de salud de los equipos. Hoy por hoy quizá la mejor noticia es que cualquier recreativista la puede contestar. Con los matices lógicos de cada partido, el Decano ante el Marbella fue de nuevo un equipo intenso, que presiona bien y eminentemente práctico que aplica en cada momento lo que necesita.
Defensa
Tres encuentros consecutivos sin encajar un gol dice mucho tanto a nivel individual como colectivo del sistema defensivo recreativista. El Decano plantó su línea en el centro del campo durante una hora de partido. Presionó arriba, en muchas fases del juego el único futbolista en su campo fue Marc Martínez. Esto permite robar cerca más área del rival y acortar los esfuerzos mientras somete al contrario a un constante acoso. El Recre lo empleó bien en una fase amplia del encuentro. Cuando sus dos centrales se cargaron de tarjetas se vio obligado a arroparlos para no asumir excesivos riesgos. El empuje del Marbella en el último cuarto de hora lo metió en su campo. Entonces demostró capacidad de sufrimiento para apenas conceder a su rival.
Ataque
Salir con tus dos únicos delanteros condiciona el desarrollo del choque. Ángel López lo asume. El técnico albiazul quiere que su equipo sea protagonista, mandar en el guión de los partidos. Ante el Marbella las bandas generaron en apariencia menos desborde que en otras ocasiones, aunque habilitaron los movimientos necesarios para que tanto De Vicente como Traoré se asomasen al área contraria. Pese a ser parecidos en apariencia, la labor de Gorka Santamaría entre líneas como soporte fue importante. El trabajo de Boris trasciende la acción del gol. Su gol fue clásico movimiento de banda, arrastre y llegada desde atrás.
Virtudes
La inteligencia en el juego se traduce en la capacidad para interpretar los partidos aplicando en cada momento lo que quieren. Prácticamente hasta el gol el único equipo sobre el campo fue el Recre ante un rival que se defendió como pudo. Luego cuando se cambiaron las tornas fue capaz el Decano de aclimatarse a la nueva circunstancia, con un repliegue ordenado y jugadores verticales arriba para buscar la sentencia. Sólo sufrió por la escasa ventaja en el marcador.
Talón de aquiles
Llegar a los últimos minutos con el 1-0 en el marcador es un riesgo evitable cuando se tienen ocasiones para sentenciar. Cualquier superioridad queda anulada en esa fase en la que las fuerzas se igualan. Con algo de acierto en las ocasiones que tuvo habría evitado el Recre un final con sufrimiento para los suyos.
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