Depender de terceros o jugársela en Jumilla. El Decano cede un empate cuando celebraba la victoria y la permanencia en la categoría, lo que lo condena a sufrir. La agonía no cesa en el Nuevo Colombino.   

Las finales son accidentadas, tensas y sufridas. No lo iba a ser menos la del Decano por su permanencia. En quince minutos revivió toda la temporada el Decano. Salió enchufado, vivió momentos de desconcierto y superó el primer infortunio. Una lesión de Traoré lo obligó sobre la marcha a reconstruir el plan inicial. Y como en toda la campaña apareció Lazo. El gaditano puso un córner medido al segundo palo para la cabeza de Don Antonio Núñez, la única novedad con respecto al año fue el balón parado. Cabezazo del capitán y 1-0. Primer paso conseguido.

Con la ventaja albiazul en el marcador le tocó a Las Palmas mover ficha. El empate le iba bien, la derrota lo metía en problemas. Lo hizo de la mejor forma que sabe. Dio un paso al frente para tener la pelota ante un Recre que se ordenó para buscar sus opciones con los nuevos espacios que iba a ofrecer el partido. Con un poco más de pausa le hubiese hecho mucho daño a un rival que atrás mostró dudas siempre que se le apretó.   

Lejos de apretar como esperaba el Decano, Las Palmas Atlético mantuvo su ritmo de inicio en la segunda mitad. No fue hasta la última hora del choque cuando Juan Manuel Rodríguez asumió riesgos con defensa de tres para dar un paso al frente. La respuesta a los canarios la dio la grada. Impecable desde el pitido inicial, en la media hora final el Nuevo Colombino rugió con fuerza para tratar de llevar a su Recre sano y salvo hasta la orilla.

Fueron momentos de agobio. Una clara ocasión canaria de Edu la resolvió Marc Martínez como una parada antológica en el 67. Luego tiró de galones para permitir respirar al equipo. Negredo movió el banquillo para cortar el ritmo visitante y meter refresco arriba. Con Iván Agudo entre líneas recuperó aire el juego albiazul. Físicamente lo pasó mal el Decano, con varios jugadores sobrecargados y con calambres.   

Un error de Las Palmas en el 76 le dio la oportunidad de la sentencia a los recreativistas. Iván Agudo y Boris se entretuvieron primero, luego el meta repelió el golpeo de Lazo. A Las Palmas Atlético se le acabó el fuelle. Con Ale Zambrano terminó de anular a su rival el Decano. Siguió vivo por la propia ansiedad albiazul. Ni supo ni pudo el Decano cerrar el partido. Tuvo varias ocasiones para ello hasta que con el tiempo cumplido un empate de Las Palmas Atlético condena a depender de terceros para no jugársela en Jumilla.