Un desastre sin paliativos. Ni el árbitro, ni el rival. El único responsable de la sonrojante derrota ante el Atlético Sanluqueño fue un Decano desdibujado, tierno y entregado en defensa que regaló un partido que se le puso de cara y al que le dio la espalda con una línea de atrás que quedó en evidencia… ¡Contra el colista! Fue un duelo marcado por la facilidad local. Un equipo profesional no puede permitir que cada acción a balón parado sea una ocasión clara de gol en contra. Algo falla, tanto a nivel individual como estructural. Falta nivel y también preparación cuando algo así sucede. El peor de la categoría, con la defensa más floja y el ataque menos efectivo se paseó por Huelva. El aviso que deja el Sanluqueño está muy claro.

Y lo peor de todo es que en ataque se comportó el Recre. Para un equipo que pelea por su vida en la zona baja hacer dos goles en una primera parte es un logro. Dos tantos y ante el peor de la Liga en 22 minutos es para pensar en resolver un partido y tener una tarde tranquila, que ya tocaba. Pero no. A este Decano no le van las cosas sencillas. Parece empeñado en complicárselas solo y tener que remar siempre contracorriente, donde las escasas fuerzas que tiene casi nunca le alcanzan para lograrlo. Si además tiene el enemigo en casa lo normal es acabar llorando. Seria advertencia la recibida ayer. Lo que necesita de verdad es reforzar su línea de atrás.

El comienzo fue claro. Al Sanluqueño le quemaba la pelota y no quería saber nada de ella. Se la entregó sin contemplaciones a un Recre que asumió la posesión y el dominio del choque. Con el balón creció el conjunto albiazul a la par que ganó metros. Tardó once minutos en adelantarse. Una buena triangulación la materializó Antonio Domínguez con un gran disparo desde media distancia, una especialidad de la casa.

Antonio Domínguez atraviesa un momento dulce ante el marco contrario y el equipo lo agradece. Se asocia bien con los futbolistas de calidad que tiene a su alrededor y la confianza recobrada le permite ser el líder goleador albiazul. Cuatro tantos en tres jornadas lo evidencian. De poco sirve si no le acompañan.

Lo más difícil parecía hecho, que era abrir la lata. Al primer paso no le siguió el segundo, sino una inexplicable pájara albiazul. Al colista hay que apretarle y no dejarle respirar. Después del gol lo que urgía era el segundo. Morder y acabar con la presa. Faltó ambición para hacerlo y calidad para gestionar la renta. Los sanluqueños se animaron ante el titubeo albiazul y a los 10 minutos ya habían igualado con un remate de cabeza tras el saque de una falta que Bonaque metió en su portería.

Vuelta a empezar y una nueva demostración de lo que podía ser el partido si el Recre se decidía a llevar de verdad el peso. Nada más sacar de centro pegó un arreón y le bastó para ponerse otra vez por delante. Quedaba claro el potencial del oponente. Ni así lo entendió el Decano. Volvió a sestear hasta que en otra acción a balón parado se encontró la nueva igualada.

La defensa demostró una debilidad propia de patio de colegio. Por fútbol el Atlético Sanluqueño no ofreció absolutamente nada en Huelva. Acreditó el porqué de su última posición, pero encontró petróleo en acciones a balón en las que la fragilidad de la zaga albiazul sumada a la desconfianza por alto de Rubén Gálvez se aliaron para mantener vivo a un rival que mereció irse al descanso pensando en la próxima jornada. Lo hizo vivo y oliendo la sangre. El Sanluqueño vio el filón y se fue a degüello.

Los dos tantos encajados generaron una psicosis a balón parado que estuvo a punto de ser letal porque en el 53 el colegiado anuló un tanto visitante por fuera de juego. El partido ofrecía una lectura clara. Cuanto más cerca del área de Diego García más cómodo se sentía el Recre y más sufría su oponente. Las defensas eran de lejos las líneas más débiles de ambos. Pero no. El Decano se empeñó en condenarse solo. Bonaque redondeó una desastrosa actuación con un penalti en otro balón por alto ganado por los visitantes. El onubense se fue a la calle y dejó al rival por delante en el marcador.

Ni siquiera con ventaja numérica y en el marcador acreditó el Sanluqueño más argumentos para llevarse el partido que los regalos recibidos. Todo lo había hecho el Recre, tanto lo bueno como lo malo. Se había puesto el duelo de cara y se había dado un tiro en el pie después. Más que victoria verdiblanca fue un suicidio recreativista.

Con media hora por delante trató Pavón de recuperar al menos uno de los puntos que había regalado a su rival. Waldo, Altamirano, Rafa de Vicente… Puso lo que tenía sobre el campo para buscar al menos igualar la contienda. Los cambios habrían venido mejor en defensa, donde la sangría no se detuvo. Cada centro era una oportunidad clara para el Sanluqueño que en el 75 se vio con el cuarto.

Todavía pudo dar las gracias el Recre porque el Sanluqueño tuvo ocasiones para marcar alguno más ante la descomposición completa de un equipo que respondió arriba y lamentó atrás ante el rival con menos argumentos que ha pisado el Colombino en toda la temporada. El peor ataque de la categoría se dio un festín en Huelva, donde el Decano se quedó sin defensa ni excusas.

Ficha técnica:

2 - Recreativo: Rubén Gálvez, Iván Robles, Javi Cantero, José Alonso, Bonaque, Manu Ramírez (Rafa de Vicente 58’), Núñez, Miguelito, Fran Machado (Waldo 67’), Jesús Vázquez y Domínguez (Altamirano 73’).

4 - Sanluqueño: Diego García, Fernández, Marcelo (Ceballos 45’), Romero, Muñoz, Sana, Mawi (Carri 83’), Gracia, Rodríguez (Borja 65’), Parada y Armero.

Árbitro: Hernández Maeso (extremeño). Mostró amarilla a Bonaque (21’) y (56’) y Rubén Gálvez (41’), Iván Robles (77’), por el Recreativo. Expulsó con roja directa a Rafa de Vicente (84’); y Sana (86’).

Goles: 1-0 Domínguez (11’). 1-1 Muñoz (22’). 2-1 Domínguez (23’). 2-2 Sana (42’). 2-3 (57’) Parada. 2-4 Ceballos (75’).

Incidencias: Encuentro disputado en el Nuevo Colombino ante unos 6.000 espectadores, con una pequeña presencia de seguidores del Atlético Sanluqueño en las gradas. Terreno de juego en perfectas condiciones.