RECREATIVO-el ejido

Naufraga en mitad del desconcierto

  • Mal partido del Decano, que regala la primera mitad sin Rafa de Vicente y en la segunda se atasca presa de su ansiedad ante un rival ordenado

  • El lanzamiento del penalti de Boris fue el único disparo albiazul en los 90 minutos

Marc hmario h Gorka 73' H

Casado H

Sergio H

Julio H

Jonathan Vila H

Traoré H

De Vicente 46' H

Calvo H

Boris H

Luque H

Núñez 63' H

Lazo H

Christian H

Emilio Cubo H

Hernández H

Arregui HH

David Fernández H

Lolo HH

Javilillo HH

Rodri H

Hakin H

Carralero 73' H

Alférez 90' s.c.

Echu H

Alfonso 68' H

Velasco H

Casquero se equivoca y el Recre lo paga. Cuando regalas 45 minutos te obligas a hacer otros 45 impecables o lo lamentas. La suplencia de Rafa de Vicente fue un lujo demasiado caro. Redujo el choque a la segunda mitad. No está este Recre para esos alardes. Tiró la primera parte y en la segunda se ahogó en su propia ansiedad, sin ideas ni brújula naufragó ante otro rival inferior que le saca un empate. El nerviosismo es latente en la grada.

Más de un aficionado cerró los ojos en el minuto tres cuando Julio Rodríguez tuvo que derribar a Javilillo que encaraba solo a Marc Martínez. Otra vez. Fue el pensamiento colectivo del Nuevo Colombino que se vio reviviendo el aciago paso de El Ejido por Huelva un año antes. Justo en una acción similar se adelantó entonces el cuadro almeriense con un zapatazo de Narváez. El resto es historia conocida. Fue premonitorio.

Lo que sí evidenció la acción fue el desajuste de los albiazules, que tardaron demasiado en entrar en el choque. Mientras lo hicieron tiraron del clásico de Lazo por la banda para generar varios centros con mucho peligro. Nada más que eso. La otra banda estuvo ausente. Con Luque demasiado metido hacia adentro echó en falta el Recre la profundidad de sus dos costados en el arranque del encuentro. La entrada de Jonathan Vila como pareja de Traoré le dio orden al Recre, pero le restó su principal baza con balón que es Rafa de Vicente. Sin el malagueño faltaba el enlace con el último tercio del campo. El resultado fue un juego demasiado plano y previsible que sólo aceleraba cuando aparecía Lazo. Nadie tenía capacidad para conducir y llevar la pelota de forma limpia a la zona de ataque. Una decisión sorprendente de Casquero.

Más allá del acercamiento inicial no volvió a aparecer El Ejido. El partido estuvo siempre sobre la mesa del Recre. Su rival tenía poco fútbol. Era obvio. Con defenderse con orden para esperar un tropiezo recreativista tenía de sobra. Todo lo iba a tener que hacer el Decano. Durante 45 minutos hizo más cosas mal que bien, lo que derivó en un aburrido partido.

Las opciones de cambiar el destino del duelo estaban en manos del técnico recreativista. Lo que tardase en asumir la evidencia marcaría el margen que tendría después para reconducir el encuentro. Casquero tardó media hora en reconocer su error. Este Recre no puede permitirse tener a Rafa de Vicente en el banquillo. Sin él no hay un futbolista capaz de capitalizar la construcción del juego. El calentamiento del malagueño en el minuto 30 fue una clara confesión. El cambio estaba cantado. Lo pedía a gritos el partido.

La grada no entendió que el sacrificado fuese Traoré. Primeros pitos de la tarde. El enfado duró poco porque a los tres minutos Carlos Calvo se internó en el área y forzó un penalti que Boris convirtió en el primer tanto de la tarde. Después de regalar 45 minutos había necesitado poco más de un suspiro para imponer la lógica. Parecía que volvía la calma, pero apenas tuvo tiempo el Decano para asentarse sobre el nuevo escenario. El Ejido salió de la cueva por primera vez en el minuto 53 para empatar con un cabezazo de Arregui al rematar una falta lateral.

Vuelta a empezar a contrarreloj. El Recre jugó un nuevo encuentro de media hora. El empate era un pésimo resultado. El rival había demostrado ser inferior y la grada ya está intranquila. Casquero tiró de sentido común. Sentó al apagado Santi Luque para recuperar al eterno Núñez. Cambio técnico y anímico que ayudó a aplacar el ambiente.

Tiempo tuvo el Recre, lo que faltaron fueron ideas y mucha calma. En lugar de imponerse se volvió loco el Decano. Jugó 30 minutos como si fuese el último. Lazo se perdió en la guerra individual cuando más lo necesitó su equipo. Mario Marín abandonó el campo tocado. Núñez se colocó como carrilero y Gorka Santamaría acompañó a Boris para el ataque final. Demasiadas prisas. En el desconcierto se sintió muy cómodo El Ejido. Con ataques alocados poco daño le iba a hacer el Recre a un rival que celebraba el 1-1 como un triunfo.

Si no generas nada sólo queda el recurso de una individualidad. Cuando estas no aparecen el naufragio es inevitable. Es lo que le sucedió a un Decano condenado por una pésima primera mitad y que en la segunda se ahogó en su propia ansiedad.

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