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Dos tercios sin mejoría

  • El crecimiento augurado por Miguel Torrecilla tampoco llega en la segunda mitad del campeonato.

Miguel Torrecilla, durante la conferencia de prensa de balance del primer tercio.

Miguel Torrecilla, durante la conferencia de prensa de balance del primer tercio. / Juan Carlos Muñoz

Con el campeonato entrando en el último tercio, el director deportivo verdiblanco, Miguel Torrecilla, afrontará esta semana su segundo examen parcial de la temporada cuando el Betis dispute el miércoles su encuentro aplazado ante el Deportivo. Independientemente del resultado que se obtenga en Riazor, por más que una victoria cambie el regusto, este segundo tramo del torneo vuelve a dejar al cuadro verdiblanco dentro de una mediocridad que no era la augurada por los técnicos.

La mejoría experimentada con el cambio de entrenador, que se produjo dos jornadas antes de finalizar el primer tercio, tampoco invita al optimismo y los puntos continúan subiendo muy lentamente al casillero bético, lo que deja al equipo más pendiente de lo que sucede en la zona baja que en esa búsqueda del objetivo de estar entre los diez primeros.

En el primer tercio de la Liga, el Betis, con once partidos de Gustavo Poyet y dos de Víctor Sánchez del Amo, ocupaba la decimocuarta plaza con 14 puntos; ahora, los verdiblancos siguen instalados en la misma posición con 13 unidades sumadas al casillero en 12 jornadas y a la espera de lo que suceda pasado mañana para intentar mejorar ligeramente el balance.

"Vemos la botella medio llena para entender que la plantilla tiene argumentos suficientes para ir mejorando esta clasificación y que cuando vuelva a estar aquí sentado a la conclusión del segundo tercio podamos hablar de una mejor situación en la tabla", señaló Torrecilla en su primer resumen parcial de la temporada, en la que también incidió en otras dos premisas que tampoco se han cumplido en este segundo tercio. "Lo que pretendemos es que se junten las dos cosas, que una buena clasificación lleve a lo que el bético quiere que sea y transmita su equipo. Tenemos que conseguir que nuestro estadio sea inexpugnable", dijo entonces el salmantino, en un intento de maquillar la pobre realidad del equipo.

El análisis de la aportación de los refuerzos tampoco ayuda al balance del director deportivo. Únicamente Mandi, Durmisi y Sanabria entran entre los once jugadores más utilizados hasta el momento y tampoco el rendimiento ha mejorado sobremanera al equipo con respecto al pasado. De hecho, el lateral danés, quizá el que mejor valoración tiene entre el aficionado, ha ofrecido por ahora unas prestaciones inferiores a las del peruano Juan Vargas, quien acumulaba a estas alturas del campeonato mejores números.

Con algunos de los refuerzos estivales ya en la rampa de salida para la próxima temporada, véase Nahuel, Manu Herrera o Zozulya, otros como Brasanac, Jonas Martin, Donk o Felipe Gutiérrez tampoco han supuesto una mejora para el Betis. En el olvido queda ya aquella afirmación del propio Torrecilla en la que apuntó al mediocampo bético como uno de los mejores de la Liga y de la que no se retractó tras el primer tercio, pero sí en el mercado invernal. El fichaje de Rubén Pardo, cedido hasta el final de la temporada, vino a paliar esa carencia de calidad en el centro del campo y ni siquiera el crecimiento de Dani Ceballos tapa los defectos del plan diseñado.

Salvo hecatombe en este último tercio de la competición, Miguel Torrecilla cuenta con la confianza de los dirigentes para planificar el Betis de la próxima temporada, algo en lo que incluso ya está trabajando. Desde el club se entiende que tampoco se puede cambiar de director deportivo cada año, de ahí que Torrecilla y su grupo de trabajo puedan contar con una oportunidad más para desarrollar su labor en el Betis, aunque la valoración de este primer año sea ahora mismo deficiente. Pase lo que pase el miércoles en Riazor, el Betis continúa sin salir de la medianía en el segundo tercio liguero.

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