Real Betis

Zozulya, como uno más

  • El punta se entrena con el equipo, a la espera de conocer su futuro. La Liga se querella contra diez personas y el Rayo pretende ya una decisión.

Zozulya, en su vuelta a los entrenamientos con el Betis.

Zozulya, en su vuelta a los entrenamientos con el Betis. / EFE

Tras una semana complicada, Roman Zozulya volvió ayer a sonreír, en su primer entrenamiento con el resto del equipo verdiblanco tras la polémica suscitada por su fichaje por el Rayo. Precisamente, desde la capital de España llegó ayer la confirmación de la querella presentada por La Liga contra diez personas y también las palabras de dirigentes rayistas que quieren una solución al caso cuanto antes.

El miércoles, Zozulya trabajó en solitario en la ciudad deportiva en su primer entrenamiento tras su precipitado regreso a Sevilla, por lo que ayer, ya con el grupo durante buena parte de la sesión matinal, el delantero ucraniano volvió a sentirse futbolista. Recibido entre las bromas de sus compañeros, que le realizaron el tradicional pasillo y que lo arroparon en todo momento, Zozulya se ejercitó e incluso se lo vio dejando a un lado ese semblante serio de días atrás.

Mientras todo esto ocurría, los movimientos se sucedían tanto por parte de los representantes del jugador como del Rayo o la Liga. El entorno del delantero todavía está a la espera de un pronunciamiento de la FIFA sobre la petición de que pudiera jugar en otro club, una cuestión complicada pero que se quiere apurar mientras no se deniegue. "Garantizar que pueda ejercer su derecho de trabajar no es colocarle un escolta las 24 horas del día. No sería una situación normal y se daría una imagen patética del fútbol español", mantienen en el entorno del delantero para retrasar el anuncio de la decisión final de Zozulya. La Liga, por su parte y como había anunciado su presidente, Javier Tebas, presentó una querella por un delito de coacciones contra diez de los "presuntos culpables" de haber obligado a Zozulya a "renunciar momentáneamente" a incorporarse a la plantilla del equipo madrileño.

Según informó en un comunicado la patronal, ocho de las personas contra las que se presentó dicha querella fueron identificadas como los responsables de los insultos que recibió el delantero a su llegada al entrenamiento del conjunto vallecano.

Los otros dos querellados fueron las personas que ofrecieron una conferencia de prensa "en representación, supuestamente, de la afición del Rayo Vallecano" el pasado 5 de febrero. La Liga aseguró en su nota que deja abierta la posibilidad de ampliar la querella "a cualquier otra persona que resulte penalmente responsable de los hechos contenidos en ésta y más particularmente frente a aquellos de cuya participación en los hechos haya quedado constancia en los distintos vídeos y grabaciones".

La otra pata de la historia y poseedora ahora mismo de los derechos laborales del delantero es el Rayo. "De este embrollo se tiene que salir con mucho cuidado. Con tranquilidad, sentido común y dando los pasos que debemos dar. Es una situación que se ha creado extradeportiva, que no la encajo en ningún estatus deportivo", explicó ayer José María Sardá, vicepresidente del equipo vallecano, que resaltó los pasos dados por el club antes de confimar el fichaje: "Somos un club de fútbol y, como tal, la dirección deportiva y directiva miramos la vida de los futbolistas, pero no la privada. Nos enteramos de la situación de este jugador cuando ya estaba firmado el contrato. En ese momento paramos la situación al conocer una información que, por otra parte, se ha desmentido por el propio jugador por escrito, todos sus allegados y ha llegado hasta el ministro de Asuntos Exteriores de su país. Una vez que tuvimos encima de la mesa que no era cierto, aunque se busque, se rebusque, entre todo el consejo de administración decidió ir para adelante. Creemos que Zozulya es bueno y puede aportar. Se ha montado toda esta historia soportando mentiras o falta de verdad".

El director deportivo rayista, Ramón Planes, explicó cómo se produjo el fichaje de Zozulya, que incluso contó con una consulta a Juande Ramos, entrenador que lo tuvo en el Dnipro. "Teníamos la misma motivación que Córdoba, Valladolid o Mallorca, que lo querían. El Rayo tenía buenos informes visuales y por técnicos que lo han tenido a sus órdenes. Creo que un jugador que tenía varias ofertas y quiso venir al Rayo deportivamente es porque podía aportar cosas. Preguntamos por su comportamiento, actitud y día a día. Hablamos con compañeros suyos del Betis y otros equipos y nos hablaron bien", expuso Planes, que aseguró que espera que la decisión final del caso no se demore más en el tiempo: "Cuando se produjeron los acontecimientos se tomó la decisión de dejarlo con el Betis sin poner una fecha. No marcamos un límite de tiempo, pero no sería bueno que esto se prolongue todo el mes de febrero. El tema económico no se ha entrado a valorar nada porque no se han sentado las partes".

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