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Dani Ceballos se gradúa en la Catedral del fútbol

  • El utrerano es de los escasos jugadores verdiblancos que es capaz de estar a la altura de San Mamés.

  • El coliseo vasco muestra su señorío con una ovación a la entrada de Joaquín

El jugador del Athletic Susaeta y el bético Dani Ceballos buscan dar caza a la pelota.

El jugador del Athletic Susaeta y el bético Dani Ceballos buscan dar caza a la pelota. / luis tejido / efe

Cada país tiene sus coliseos futbolísticos, mecas deportivas que todo amante del balompié debe visitar, al menos, una vez en la vida. Inglaterra tiene Wembley, un estadio con historia a sus espaldas, como lo tiene también Brasil en Maracaná, sobre cuyo césped se escriben numerosas andanzas de futbolistas de gran tallaje. España, por su parte, cuenta con San Mamés, considerada como laCatedraldel fútbol de nuestro país.

Por eso, se reciben con numerosos aplausos a aquellos jugadores de clase, diferentes, y que han dejado su impronta en esto de pegarle patadas a la pelota. Bien lo saben Juan Carlos Valerón, Xavi Hernández o el propio Joaquín Sánchez, quien recibió una buena ovación cuando, a falta de una media hora para el final del partido, saltó al césped para tratar de igualar el marcador en un intento de un desencorsetado Víctor, a quien parece que conseguir la salvación le ha permitido abrir la mente para buscar otras alternativas a la defensa de cinco.

Cierto es que es la versión 2.0 de este monumento deportivo, estrenado en septiembre 2013, cuenta en su corta trayectoria con no pocas ya tardes gloriosas de fútbol. Una historia en la que ni el propio Athletic, habitual morador, ni tampoco el Betis estuvieron a la altura. En un choque temoroso en ambos equipos, sobre todo atrás, ninguno de los dos ofreció un espectáculo acorde al que se podía pensar en función a dos escuadras a las que la pelota, a priori, debería gustarles.

Buscaba el cuadro de Víctor encadenar, por primera vez, tras más de cinco años sin hacerlo, tres victorias seguidas. Pero con el ímpetu y las ganas, valga la redundancia, no se gana. Hace falta fútbol, algo que hay con cuentagotas en la plantilla verdiblanca, en la que la calidad de Dani Ceballos sobresale con respecto a los demás.

El utrerano es la piedra angular de este equipo. Ayer dio un clínic sobre control de la pelota e intentó asistir a sus compañeros en numerosas ocasiones, aunque ni Mandi ni Brasanac ni él mismo, con un disparo que se marchó batante cerca de la portería de Kepa, consiguieron encontrar el gol. Tan bueno, que es incomprensible, aún a estas alturas, que Gustavo Poyet apenas contara con él. Aunque, por suerte para todos, se habla de él en pasado.

Ver si Rubén Castro adelanta a Poli Rincón es uno de los pocos alicientes que quedan

Mientras Ceballos creaba, Adán salvaba a su equipo. El madrileño respondió con auténticas intervenciones de mérito a aquellos que dudan, tanto de su implicación como de que sea el portero sobre el que el equipo debe construirse. ¿Para qué mirar fuera si la principal solución está dentro? Son ganas de complicarse la vida, algo que en el Betis saben bien hacer. Cum laude si apuran.

Aunque hay dos que están cerca de la excelencia. Dos viejos rockeros a los que aún les queda mecha, por suerte para los amantes del fútbol nacional: Aduriz y Rubén Castro. Mientras que el primero consiguió ver puerta desde los once metros, el canario dio un paso más para acercarse a Poli Rincón como máximo goleador del equipo en Primera División tras remachar un balón disparado con fuerza por Álex Martínez. Suponía el 2-1, puesto que Muniaín había am pliado la ventaja minutos después del gol del ariete vasco.

Ver si Rubén -74 goles- adelantará a Poli -78 tantos- es, quizás, el único manjar deportivo que le queda por saborear al aficionado en esta mediocre temporada. Una triste pena. Por cierto, a él también lo quieren jubilar.

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