PREGUNTE A LOS EXPERTOS

El consultorio: sobre custodias, celos y niños

«Estoy separado y tengo una hija de 6 años. Hoy no tengo problema con mi ex para estar con mi hija, pero el problema es la madre, que tiene la custodia, se quiere ir fuera del país. ¿Cómo puedo evitarlo? Si se va ¿qué tiempo puedo tener a mi hija?» Manuel Gómez

Aconsejaría iniciar un proceso de modificación de medidas y, si es inminente el traslado, solicitar medidas cautelares del art. 158 del Código Civil al objeto de evitar que la madre pueda trasladar a la menor fuera de España en tanto se resuelva el proceso y puedan adecuarse las visitas a las nuevas circunstancias.

Marcharse a otro país supone un cambio de circunstancias que justifica una modificación de las medidas de separación referidas al régimen de visitas ó a la guarda y custodia. La madre tiene derecho a residir donde quiera, pero eso no incluye la potestad de decidir unilateralmente dónde tiene que hacerlo la menor. La decisión de traslado forma parte de las facultades de la patria potestad y ha de ser tomada por ambos padres, todo ello con posibilidad de que cuando hay disparidad de criterios, como en este caso, deba acudirse al juez para que resuelva en los términos establecidos en el art. 156 del Código Civil, valorando si ese traslado influyen negativamente en la menor. SOLEDAD BENÍTEZ-PIAYA

«Soy tremendamente celoso. Siempre lo he sido, pero ahora todavía más porque mi actual pareja es muy independiente. Hay veces que lloro de impotencia porque quiero controlarla en todo momento y no puedo. Los celos me pierden y, al final, siempre acabo provocando la discusión y deteriorando mi relación. ¿Quién me podría ayudar? ¿Estoy enfermo?» Manuel R.

celos se convierten en un problema que puede llegar a destruir la pareja debido a que empuja a una constante supervisión de los actos del otro. Esta situación provoca un torrente de comprobaciones y pesquisas con las que el sujeto busca calmar la ansiedad que su temor le provoca. Sin embargo, inmediatamente vuelve a surgir la desazón por cualquier otro motivo, repitiéndose la escena sin que jamás el celoso se sienta satisfecho. Debajo de todo esto se encuentra la inseguridad, la falta de autoestima del sujeto, que se escenifica en su relación, pero que también puede alcanza a otras áreas de su vida.

La persona que más le puede ayudar a superar sus celos es usted mismo. Observe su discurso interno, escuche lo que se dice y plantéese críticamente qué realidad tienen las afirmaciones que lleva a cabo. Si se deja llevar por fantasías y distorsiones su conducta responderá a ellas. Al tener un carácter negativo, su comportamiento adquirirá este valor. En cambio, si interrumpe esos argumentos que le asfixian, hasta que ya no puede soportarlos, tendrá una oportunidad para poder controlar su conducta.

La otra fuente de ayuda la puede encontrar en su pareja. Pídale que le comprenda y que sea paciente, pero también demuéstrele que quiere cambiar, ya que para usted su relación es muy importante. A partir de ese momento, debe buscar ayuda profesional. Usted sólo no va a controlar su comportamiento. No dispone de las herramientas ni la serenidad para ello. El profesional le servirá de guía, de crítico cuando su entendimiento se nuble, de apoyo cuando el sufrimiento o la duda le atenace. Él intentará cambiar sus distorsiones cognitivas que se encuentran en la base de todo el problema, y buscará reforzar su fe en sí mismo. No existe nada más inútil que el sufrimiento sin sentido, por lo que le ruego que se ponga en marcha inmediatamente. JOSÉ MANUEL AGUILAR CUENCA

«Somos padres de un niño de 2 años. El crío está sano pero notamos que es muy inexpresivo, apenas sonríe y llora en muy pocas ocasiones. No sabemos si puede tener algún trastorno. El pediatra no ha detectado nada y nos preocupa. ¿Qué nos aconseja?». Pilar y Jesús.

una íntima relación entre el desarrollo, la maduración del cuerpo y la regulación de sus funciones, con la estructuración psíquica y la constitución subjetiva; es más, cuando esto último no tiene lugar, el cuerpo y sus funciones se ven seriamente comprometidos.

El ser humano es un ser social por excelencia, su relación con el otro es vital, literalmente hablando. La prematuración de su nacimiento y su inmadurez neurológica lo hacen totalmente dependiente de los cuidados y atención de los otros que se ocupan de él.

La relación a través de la palabra, significando desde un primer momento el llanto del niño en un sentido o en otro, y el contacto con el cuerpo a partir de los necesarios cuidados, van marcando las coordenadas de la humanización del recién nacido.

La información que aportan a propósito de su hijo es muy escasa y sería una osadía y una irresponsabilidad por mi parte decantarme sobre la posible existencia de un trastorno o no.

Por lo que dicen parece ser que el niño interactúa poco con su entorno, cabe preguntarse el porqué de esa escasa respuesta emocional por parte de su hijo. Una posible respuesta es que sea un niño poco estimulado; si así fuera les sugiero ocuparse de él, como hemos señalado más arriba, a través de la palabra y del contacto. No obstante, si una atenta observación de su desarrollo pusiera de manifiesto una persistencia o incremento de estos signos, será necesaria una nueva consulta a su pediatra para una valoración neurológica y/o psicológica. MARÍA JOSÉ OLMEDO

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