Bollullos par del condado

Los votos no aclaran el futuro político

  • Valderas gobernó con mayoría desde 1979. Camacho aguantó una legislatura y la perdió.

Para comprender el jeroglífico bollullero hay que remontarse a la prehistoria democrática. En 1979 ganó Diego Valderas las primeras elecciones, un puesto que revalidó hasta que a principios de la década de los noventa emigra a Sevilla y deja a su escudero Francisco Javier Camacho de alcalde. En 1995, éste consigue una nueva mayoría absoluta con diez concejales y su mentor pasa a mejor vida pública en la presidencia del Parlamento de Andalucía, a donde llega impulsado por Luis Carlos Rejón, Javier Arenas y la hacendosa mano de Díaz Mantis.

Pasada esta luna de miel, la izquierda comienza a vivir su particular luna de hiel. En 1999, Francisco Camacho pierde la mayoría por 300 votos (8 concejales). El PSOE obtiene cuatro, el PP otros cuatro y el PA, uno. Con este bagaje se monta un tripartito que deja a IU compuesta y sin novio. El socialista Carlos Sánchez irrumpe como elefante en cacharrería y comienza su reinado. Que fue breve porque la andalucista Josefina Oliveros se arrepiente de sus actos y devuelve la Alcaldía a IU, abandonando a Sánchez y Carrellán (PP).

En 2003 el PSOE gana por primera vez unas elecciones locales con 3.146 votos (7 concejales); IU queda como segunda fuerza con 2.946 votos y otros siete ediles y el PP hace de árbitro con 1.588 votos y 3 concejales. El denominado 'pacto de progreso' firmado por las direcciones regionales de PSOE e IU salva in extremis a Carlos Sánchez, que sobrevive otros cuatro años en medio de una especie de 'tormenta perfecta'. En 2007, la quiniela municipal vuelve a poner al PSOE en cabeza con 3.416 votos (7 concejales); IU, con 2.795 votos (6 concejales) y al PP con 1.869 votos (4 concejales). El socialista Carlos Sánchez resulta investido alcalde frente a los candidatos de IU, Francisco Díaz y del PP, Manuel Moreno. Nuevamente el 'pacto de progreso' andaluz deja las riendas en manos de Sánchez, aunque los 'caballos' parecen ir desbocados a juicio de las combinaciones que vuelven a ser desautorizadas por las direcciones de IU y PSOE.

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