Provincia

La población sigue cayendo a pesar de la llegada de inmigrantes

  • Los habitantes de la comarca disminuyeron un 0,7% en 2007, tres décimas menos que el año anterior, aunque el número de extranjeros creció un 23,24%

Continúa la moderación del éxodo rural que azota a la Cuenca Minera desde mediados de los 80, con los primeros pasos del proceso de decadencia de la línea del cobre. La pérdida de 123 habitantes en el ejercicio 2007 supone un descenso de población del 0,7%, 3 décimas menos que la tasa registrada en 2006, cuando la marcha de 177 vecinos del conjunto de los 7 municipios que configuran la comarca ya apuntaba, unida a la baja de 122 residentes en 2005, un avance en la lucha por reducir la disminución del número de vecinos.

Los últimos tres años han derivado, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en la desaparición de 422 personas (un promedio de 140 al año) de los censos de las localidades mineras, el 2,37% de los ciudadanos que habitaban la Cuenca al cierre del ejercicio 2004 (17.810). En los 20 años que van de 1986 a 2006, sin embargo, el padrón comarcal cayó desde los 21.975 moradores a los 17.511, un 20,31%, con una media de 223 residentes al año.

Pero en esta atenuación de un fenómeno ligado de un modo directo a la crisis de la minería, ha vuelto a desempañar un papel trascendental la incipiente evolución de la inmigración en la zona. Al igual que ocurrió en 2005 y 2006, tras los cuales la incidencia de extranjeros en los pueblos mineros multiplicó por 3,7 los 50 foráneos instalados en 2004, el 2007 ha estado marcado por un nuevo impulso a la llegada de inmigrantes. Una tendencia que se ha visto, incluso, reforzada, con una ampliación de los 185 extranjeros empadronados un año antes hasta alcanzar la cifra de 228, un 23,24% más. Este colectivo representa, sin contar el contingente de alrededor de 150 jornaleras polacas contratadas en origen por Río Tinto Fruit para la presente campaña agrícola, el 1,31% de la población de la comarca, fijada, al finalizar el pasado ejercicio, en 17.388 personas. En 1996, los 33 ciudadanos llegados de fuera de las fronteras nacionales apenas sumaban el 0,17% del total.

Bulgaria y Rumanía, en los datos de 2007, se consolidan como la principal fuente de inmigrantes de la Cuenca Minera. Ambas nacionalidades, que aportan 98 (56 de ellos, afincados en Nerva; 19, en El Campillo; 19, en Riotinto; y 4, en Zalamea) y 43 (30 de ellos, instalados en Zalamea; 5, en Campofrío; 4, en Riotinto; 2, en El Campillo; y 2, en Nerva) residentes de forma respectiva, aglutinan al 61,84% de los vecinos foráneos. En 2006, los 63 búlgaros y 44 rumanos censados constituían el 57,84% de la población extranjera. El continente americano, por su parte, cuenta en la comarca con 30 representantes de diversos países, entre los que destaca Colombia, con 7 (4 viven en Zalamea; y 3, en Nerva). Mientras, los núcleos mineros acogen a 12 africanos; 6 marroquíes (5 nervenses y 1 zalameño).

En este punto, resulta significativo que sólo en aquellos municipios en los que se ha visto reducido el número de inmigrantes empadronados a lo largo de 2007 se ha registrado algún descenso de población. El resto, en los que ha crecido o se ha mantenido inalterable la presencia de extranjeros, se ha beneficiado de un incremento del número de habitantes. Riotinto, El Campillo y Zalamea han perdido 120 (un 2,73%), 39 (un 1,71%) y 39 (un 1,11%) vecinos de manera respectiva, al mismo tiempo que el número de foráneos en estos pueblos bajaba de 46 a 39, de 41 a 35 y de 58 a 54. Un efecto contrario al acaecido en Nerva, donde la llegada de 52 inmigrantes se suma a los 37 de 2006 y ha venido acompañada de un crecimiento poblacional de 44 personas (un 0,74%). Lo mismo ocurre en Campofrío, que ha recuperado 27 residentes a la vez que añadía 8 del exterior del país a los 3 que tenía afincados en 2006. Berrocal y La Granada, donde no hay inmigrantes, han crecido en 3 (0,8%) y 1 habitante (0,45%).

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