Provincia

Los mayordomos de la Cruz tomaron la vara

  • Centenares de campanilleros inician la primera de las peregrinaciones a la finca El Cura en busca del romero

Carmen Dorado y Ángel Gadea tomaron ayer la vara de la Romería de la Santa Cruz de El Campillo. Marcados por una profunda emoción, por una mezcla de esas magnánimas sensaciones que, por regla general, escapan a su traducción exacta en forma de palabras, recogieron el testigo de Felisa Fariña y Bernardo Vasallo en una Plaza del Ayuntamiento que, inundada por el colorido de los trajes de flamenca, el constante trasiego de caballos y la música del coro valverdeño Aroma de Pinares, rebosaba esplendor y alegría. El pueblo lucía sus mejores galas para saludar a sus nuevos mayordomos.

Ambos cumplían así el sueño de ser los encargados de encabezar la vasta comitiva que, a partir del mediodía de hoy, iniciará la primera de las peregrinaciones a la finca municipal El Cura. El objetivo, la búsqueda del romero que los campilleros, a la llegada al pueblo, esta misma noche, entregarán en señal de ofrenda a la Santa Cruz en su Ermita para partir de nuevo, ya al día siguiente, tras la conclusión de la misa de romeros de las 9.15 horas, hacia el campo de la romería. Esta vez, junto al simpecado.

El cambio de varas, después del pregón de Carmen Dorado y la apertura oficial de la Ermita del pasado fin de semana, era el único prolegómeno que faltaba para que todo estuviera preparado para el inicio del camino, para ese anhelado momento en el que decenas de carretas, cientos de caballos y cerca de dos millares de peregrinos abandonarán el casco urbano de El Campillo por la calle Constitución para, a través de Cuatro Vientos, adentrarse en la senda hacia la finca El Cura en compañía de la ribera de Cachán, en cuyas aguas se 'bautizará' a los romeros noveles. Pero esta prueba de devoción masiva de los campilleros por la Santa Cruz ya quedó patente ayer mismo. Y es que, después de que Carmen Dorado y Ángel Gadea recibieran el timón de la fiesta de mayor arraigo entre los habitantes de la localidad minera, un nutrido grupo de fieles procedió, junto a la directiva de la Hermandad que preside José María Monterrubio, a realizar la tradicional ofrenda de flores a la Santa Cruz.

Hoy los campilleros también se despiertan con los tamborileros.

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