Provincia

La falta de recursos en 2007 atrasa la aprobación del presupuesto

  • La Corporación aprobó las cuentas municipales con un incremento de 400.000 euros

El Pleno del Ayuntamiento de El Campillo ha aprobado los presupuestos municipales de 2007, marcados por un incremento de los ingresos, con respecto al ejercicio anterior, cercano a los 400.000 euros, para alcanzar 1.809.480,95 euros. De ellos, 626.020 euros corresponden al capítulo de inversiones reales, entre las que destacan una partida de 150.000 euros para convertir la calle peatonal Sevilla en Centro Comercial Abierto y otra de 93.000 euros para el programa de Rehabilitación Autonómica de Viviendas.

Todo ello, sin olvidar los 61.108,35 euros que supone la urbanización de la trasera de la calle Benavente, los 40.000 euros previstos para equipamiento de la biblioteca municipal o los 39.077,20 euros necesarios para la adaptación de la antigua estación de tren como Museo Comarcal del Ferrocarril Minero. Los gastos de personal, con una cuantía de 724.402,05 euros, constituyen el otro pilar del apartado de salidas de capital, mientras que los gastos de bienes corrientes y servicios absorben 332.177,75 euros.

En lo que se refiere al campo de ingresos, las transferencias corrientes (832.992,51 euros) emergen como la principal fuente de recursos del Consistorio campillero, seguida de los impuestos directos (397.506,29 euros) y las transferencias de capital (364.405,74 euros). De la cantidad que conforma el primer capítulo, 416.502,65 euros proceden del Estado; 306.304,81, de la Comunidad Autónoma; 102.359,79 euros, de la Diputación Provincial; y 7.825,26 euros, de empresas privadas.

En este punto, al margen del carácter positivo asociado a todo aumento de las inversiones, cifrado este año en un 28,4 por ciento, lo que subyace, y así lo manifestó la propia alcaldesa de la localidad, la socialista Encarnación Palazuelo, es la ausencia de recursos técnicos que sufren los consistorios de pueblos de pequeñas dimensiones para la elaboración de las previsiones de gastos e ingresos de un curso con antelación al inicio del mismo. Algo que puede resultar extraño e, incluso, grotesco, en la medida en que se aprueban las acciones monetarias a desarrollar después de haberlas acometido en la práctica.

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