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El contrabando vuelve a unir a Sanlúcar y Alcoutim

  • Las localidades celebran un festival en torno al estraperlo, sustento de muchas familias en la posguerra

Después de muchos años, el municipio onubense de Sanlúcar de Guadiana y la localidad lusa de Alcoutim han vuelto a unirse este fin de semana en torno al contrabando, una oscura actividad comercial conocida también como estraperlo, que se convirtió durante décadas en el principal sustento para muchas familias de ambos lados de la frontera hispano lusa gracias al tráfico de bienes de consumo de primera necesidad como café, harina o prendas de vestir. Eran los tiempos de la posguerra, en los que España se recuperaba de las profundas heridas dejadas por la Guerra Civil y en los que sus gentes adolecían de lo más básico.

Y se unen gracias a una iniciativa de carácter lúdico y festivo que se celebra por primera vez este año, el Festival del Contrabando, que arrancó en la tarde del viernes y que concluye hoy domingo con una asistencia notable de visitantes de ambos países a pesar de las desapacibles condiciones meteorológicas. El Festival del Contrabando nace con el objeto de ser mucho más que un festival y con la intención de consolidarse y convertirse en un homenaje cultural y un recuerdo a una actividad que marcó la cotidianidad entre dos pueblos separados, y a la vez unidos, por el río Guadiana: Alcoutim, en el Algarve portugués y Sanlúcar de Guadiana en España.

Los visitantes disfrutan del efímero puente flotante y de actividades en torno a este oficio

En torno a esta iniciativa, los visitantes tienen la oportunidad estos días de disfrutar de las numerosas actividades programadas, que tienen su principal atractivo en el puente flotante que para la ocasión se ha instalado sobre el Guadiana para unir durante todo el fin de semana ambos lados de la frontera.

Aunque con carácter efímero y solo de acceso peatonal, dicho paso se convierte por unos días en el cuarto punto de unión de este tipo entre la provincia onubense y el Algarve y Alentejo portugueses, sumándose al Puente Internacional del Guadiana (entre Ayamonte y Castro Marím), al Puente del Bajo Guadiana (entre El Granado y Pomarao cruzando el río Chanza) y al que un poco más arriba cruza también el Chanza para conectar por carretera los municipios de Paymogo (Huelva) y Vale Martos por San Marcos (Serpa).

El efímero puente flotante, de 170 metros de longitud y 3 metros de anchura, permite que españoles y portugueses se puedan dar la mano en este punto de La Raya para disfrutar durante tres días de las diferentes actividades lúdicas que se ofertan en ambos municipios en el marco de este I Festival del Contrabando.

Tanto el puente flotante, como el propio festival, fueron inaugurados en la tarde del viernes por el alcalde de Alcoutim, Osvaldo Gonçalves, y su homólogo español de Sanlúcar de Guadiana, José María Pérez, con la proyección del cortometraje centrado precisamente en el contrabando Fronteiras, del portugués Antonio Lopes.

El regidor luso señaló en la apertura del certamen que los vecinos de esta comarca fronteriza practicaban el contrabando como "una forma de sobrevivir", a pesar de que era una actividad "ilícita", a lo que añadió que en los años 30, 40 ó 50 del siglo XX el estraperlo "se generalizó en esta zona con productos de primera necesidad, sobre todo café, comida o ropa".

En la primera jornada del festival también se presentaron otros trabajos centrados en este clandestino oficio, como un documental rodado por el luso Paulo Pereira o el libro Manual del contrabando y supervivencia, que versa sobre la misma en la frontera de Alcoutim, convirtiendo el novedoso certamen en un interesante foro de debate en el que participan historiadores, sociólogos, antropólogos e investigadores del legado que ha dejado el contrabando y su patrimonio histórico como símbolo de identidad para los pueblos fronterizos.

En la jornada de ayer sábado, así como en la de hoy domingo, las actividades programadas tienen un carácter más lúdico con el objeto de popularizar y dar a conocer entre los visitantes el legado y la cultura popular dejados por el contrabando a ambos lados de la frontera.

Así, se desarrollan degustaciones de platos típicos de cerdo ibérico que se compartían antaño entre los habitantes de esta zona fronteriza, teatro de calle, la recreación de la vida cotidiana de los años 30 y 40 en la comarca, cine, exposiciones, talleres de artes y oficios tradicionales, un mercado gastronómico, música, recitales de poesía o desfiles etnográficos.

El festival, según sus organizadores, también sirve para dar la bienvenida a la primavera con una propuesta lúdica muy original y novedosa que se está desarrollando en una zona muy agreste de la frontera hispano lusa, la cual se caracteriza por su exuberante naturaleza y por la gran belleza de sus paisajes.

Y es que, además de las actividades propias del festival, el visitante también tiene la posibilidad de disfrutar en este rincón de la provincia onubense y el Algarve portugués de un escenario natural que cuenta a ambos lados del Guadiana con numerosos senderos y miradores, y que incluso está dotado con la única tirolina transfronteriza del mundo, la cual permite cruzar el río desde Sanlúcar de Guadiana hasta Alcoutim prácticamente 'volando' sobre su cauce a través de sus 720 metros de longitud y a una velocidad de entre 70 y 80 kilómetros por hora.

El I Festival del Contrabando, en el que, según el regidor de Alcoutim se ha hecho "una inversión de 30.000 euros", forma parte de la iniciativa Algarve 365, un programa pionero en Portugal con el que se persigue resaltar los recursos turísticos del sur de Portugal y que contempla en toda la región algarvía la celebración de más de un millar de espectáculos y actividades culturales entre el pasado mes de octubre y el próximo mes de mayo con actividades que van desde música hasta artes visuales, pasando por teatro, patrimonio o gastronomía, entre otras.

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