El rocío

Las casas de la aldea están listas para despedir el año

  • El Ayuntamiento estima que en torno a las 80.000 personas se reunirán en este núcleo rociero

En un goteo incesante los vehículos llegaban desde el viernes por la tarde hasta la aldea de El Rocío donde, como viene siendo habitual en los últimos años, despedirán el año en torno a 80.000 personas, según el Ayuntamiento. Y tanto se ha convertido la aldea en el sitio de moda para pasar la Nochevieja, que las casas del recinto retiran el cartel de 'Se Alquila' desde meses antes de las fiestas.

El precio por casi una semana de fiesta, la comodidad de la estancia y la ambientación del recinto animan motivan que cada año esta opción de Nochevieja gane más adeptos, incluso de fuera de la provincia.

Ya anoche se convertía en casi toda una proeza encontrar un lugar donde aparcar en las concurridas calles, donde se mezclan los sones flamencos con los sonidos más modernos y metálicos de la música 'de lata'.

Pero será esta noche cuando la aldea almonteña se convierta en un hervidero de gente, principalmente, de jóvenes ávidos de fiesta que se desmarcan de la idea del cotillón, ya en extinción.

Un ir y venir de coches con maletas y perchas de ropa planchada hacían presencia en una aldea en la que, las buenas temperaturas del día invitaban a los paseos a caballos, a la visitas a la ermita y la marisma e, incluso, a las excursiones por Doñana. Muchos fueron los que, por 25 euros por personas, contrataron una visita guiada por el Parque Nacional durante la tarde.

Entre 1.800 y 2.000 euros costaron este año los alquileres de las casas, cuyas llaves se entregaron a partir del pasado jueves previo pago de una fianza que rondó los 1.000 euros para cubrir los posibles desperfectos. Con todo, una media de 140 de euros resulta la factura por persona. Con estos precios, y la garantía de cinco días de convivencia y diversión, no es de extrañar que El Rocío, por Nochevieja, esté de moda.

Prueba de ello es el importante dispositivo sanitario y de seguridad que se habilita para estos días. Controles en los accesos a la ermita y patrullas por las calles de arena ha sido las tónicas dominantes de estas noches previas en las que, debido al frío, se siguió optando por el coche para desplazarse de una casa a otra.

No falta organización en las casas para que todo funcione. Grupos para la limpieza o la preparación de comidas garantiza el funcionamiento de las casas, donde una media de 25 o 30 personas, conviven acumulando vivencias y falta de sueño.

En el día de hoy y, sobre todo durante la noche, llegarán los últimos pobladores de una aldea, que a las doce de la fría noche, quedará inmovilizada para, desde el interior de las casas o la puerta de ermita, recibir el nuevo año. Y de nuevo hasta el amanecer…

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