una tradición centenaria Los ganaderos almonteños repiten la práctica a la antigua usanza

La belleza salvaje galopa en Doñana

  • Más de un millar de cabezas de ganado participa en una nueva edición de la Saca de las Yeguas en Almonte · El paso de los caballos por la aldea de El Rocío fue seguido por más de 5.000 personas

La Saca de las Yeguas volvió a dejar sobre el tapiz de Almonte un nuevo espectáculo preñado de estampas de inusitada belleza donde se escenificó la comunión del hombre con la fauna, el dominio del jinete sobre la manada y su capacidad de conducir y domesticar a una especie salvaje.

Huelga decir que, más allá de las espectaculares instantáneas que nos regaló esta cita, la Saca fue en sí misma un modo de disfrutar de una de las tradiciones más singulares de la provincia. Con más de medio milenio de antigüedad a sus espaldas es, posiblemente, la tradición que más virginal y pura nos ha llegado hasta nuestros días al perpetuar casi al milímetro esa concepción primigenia con la que nació y que enaltece las raíces ganaderas del municipio condal.

Según las estimaciones de la Asociación de Criadores de Ganado Marismeño de Almonte, este año han participado más de un millar de piezas de ganado, que en el día de ayer abandonaron el hábitat natural en el que ha residido en estado semisalvaje.

La jornada se inició con las primeras claras del día, con los yegüerizos cabalgando hacia distintos puntos de la marisma de Doñana para reunir al ganado a través de zonas como Marismillas, Las Nuevas, el Rincón del Pescador, la Vuelta de la Madre, Mastagorda o El Lobo. Desde estos rincones marismeños fueron llegando en manada hasta alcanzar el arroyo de Santa María, donde el ganado fue reunido y se conformaron las tropas para realizar su presentación frente a la Virgen de El Rocío.

Posiblemente, fuera de la Romería de Pentecostés ningún acontecimiento moviliza a tantos turistas, visitantes e incluso domingueros que ayer realizaron una pará en la aldea para presenciar este espectáculo y posteriormente enfilar Matalascañas. El dato quedó corroborado en las más de 5.000 personas que se agolparon en torno al Santuario, así como en vida que cobró El Rocío, entre ellas una delegación del Parque Natural Regional de la Camarga (Francia), espacio natural hermanado con Doñana, acompañada por el consejero de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo.

Ayudados de sus varas o chivatas los yegüerizos dieron muestra de su destreza al conducir con exquisita solvencia al ganado. Sobre los equinos todo un enorme crisol de jinetes desde el curtido veterano a pequeños cuya estatura delataba que no tenían más de siete u ocho años. Gracias a su labor se pueden ver estampidas donde las yeguas galopan unidas y protegiendo a sus potrillos a los que conducen junto a ellas hasta alcanzar el núcleo urbano de Almonte.

La jornada se completa hoy con las labores de la tuza de las crines para darle prestancia y mejorar la imagen de los potros a los que se les coloca sus herrajes en los cascos. Los ganaderos también aprovechan el día para poner a la venta parte de los nuevos ejemplares, dando así lugar al ritual de los tratos, donde se negocia con dinero o especie, se regatea y los expertos tratan de predecir o anticipar las propiedades morfológicas del ganado en función de sus condiciones físicas y la de su progenitora. Estas labores también se completan con el marcaje a fuego de los potros pequeños de aquellos criadores o propietarios que se encargaran de su adiestramiento.

En toda España, la Saca es un espectáculo único y solamente existe un municipio gallego llamado La Estrada, con quien Almonte mantiene un hermanamiento, en que se desarrolla una tradición similar llamada La rapada de las bestias, cuyo ritual consiste en abalanzarse sobre los equinos y cortarle las crines a los caballos salvajes, un símbolo de la superioridad física del hombre con el que éste despoja al animal de su señas de libertad.

Este año las yeguas y potros de Doñana disfrutarán de un nuevo Recinto Ganadero Municipal. Se trata de unas instalaciones que se extiende a través de varias hectáreas y que ha constado 170.000 euros, sufragados por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Las instalaciones permiten ubicar por separado la zona ganadera y la del público, favoreciendo así el acceso sin peligro alguno a los visitantes.

El recinto se compone de 23 corraletas que brindan una capacidad de más de mil piezas de ganado, a la par que un espacio acotado al público que dispone incluso de zona de recreo. En dichas instalaciones se asienta una zona habilitada para la tuza y marcado de potros que realizan los yegüerizos almonteños durante la Feria Ganadera.

Las cuadras han sido construidas con vigas de hormigón reforzado a las que se les ha aplicado una mano de pintura y texturas en madera para perpetuar el tipismo ecuestre. Las instalaciones se rematan con una zona de punto de inseminación de la Parada de Sementales, y una segunda destinada a Exploración para que los veterinarios atiendan a los potros que lleguen tras la saca y precisen de alguna atención profesional.

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