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La Saca de las Yeguas evidencia las tensiones de los ganaderos con la Junta

  • Los criadores proponen que la administración autonómica adquiera la Marismas Gallega o compense al Ayuntamiento de Hinojos con el pago de un canon por el uso de la misma

Dos yegüerizos conducen una manada hacía la aldea almonteña.

Dos yegüerizos conducen una manada hacía la aldea almonteña. / julián pérez

La próxima edición de la Saca de las Yeguas está en manos de la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Marismeño de Almonte. Siempre lo estuvo pero en esta ocasión más aun si cabe, después de que todas las miradas estén puestas en un comunicado que tiene que hacer público la entidad en respuesta a la última oferta que se le ha facilitado desde las distintas administraciones.

Se intenta con ello que se reconsidere la decisión de la última asamblea, en la que los socios acordaron la suspensión de esta tradición ancestral que se lleva celebrando desde 1504.

El equipo de gobierno almonteño mantendrá silencio si no se producen novedades

El Ayuntamiento de Almonte y la Junta de Andalucía han pasado toda la presión a los yegüerizos, después de que sendas instituciones volvieran en el día de ayer a blindarse frente a los medios de comunicación. No harán más declaraciones sobre el tema mientras no se produzcan novedades, afirmaban de forma taxativa desde ambas instituciones.

Esta decisión ha sentado muy mal entre en el gremio de ganaderos que confiaban en que, al igual que el año pasado, el equipo de gobierno se pusiera de su lado y reclamara a la Consejería de Medio Ambiente soluciones a una situación que pone en riesgo "no sólo una tradición o un espectáculo ecuestre" sin par en todo el mundo, sino un modo de vida ancestral.

Los ganaderos insisten en que el caballo marismeño es una raza en peligro de extinción, al igual que el lince o el águila ibérica. El matiz viene dado porque su supervivencia esta plenamente garantizada gracias al papel que desempeña la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Marismeño. Por eso se preguntan por qué tantas cortapisas para que el ganado siga pastando en la marisma como se viene haciendo de manera ancestral. Todo ello "sin necesidad de subvenciones millonarias" y reportando a la sociedad una tradición convertida en un atractivo turístico que genera riqueza.

Esta es una de las reflexiones que se hacen los yegüerizos, quienes recuerdan que la finca de El Patrimonio, que fue propuesta por la Junta de Andalucía como alternativa en la reubicación del ganado que tenía que abandonar la Marisma Gallega en el término municipal de Hinojos, dista del ecosistema del que gozan actualmente la especie, y que resulta "imprescindible para conservar la morfología de una raza autóctona que adquiere su nombre del propio hábitat en el que crece y se desarrolla".

Pero este detalle es sólo la punta del iceberg. Los ganaderos denuncian que la Consejería de Medio Ambiente se comprometió a habilitar una superficie de 14.000 hectáreas que, posteriormente, se vio restringida a 5.000, reduciendo con ello la capacidad para albergar el ganado. Además, a cuenta de la administración, se tenían que instalar los correspondientes puntos de agua, cercado e infraestructuras para garantizar la permanencia de los animales. Estas labores de acondicionamiento tendrían que estar listas el 31 de diciembre de 2016, "fecha límite para sacar las 400 cabezas de ganado y reubicarlas en la nueva finca. Algunos ya aventuraron un desenlace parecido toda vez que el Parque Nacional de Doñana "tiene dificultades para abonar la gasolina para las guarderías, menos aun para invertir 500.000 euros en el cerramiento de la finca El Patrimonio.

Este alto coste lleva a muchos a proponer que la administración autonómica adquiera la Marisma Gallega o, en su defecto, compense al Ayuntamiento de Hinojos el pago de un canon por el uso de la misma para unos caballos que llevan en ese paraje "más tiempo que el propio pueblo". En el sentir de los yegüerizos escuece el hecho de que el "factor histórico" no sea respetado y poco a poco "los usos ancestrales en Doñana se estén perdiendo".

Entre tanto el tiempo juega en contra. La fecha del 26 de junio se acerca de manera inexorable. Los ánimos están muy encendidos dentro de la Asociación Nacional por los "engaños" de la Consejería de Medio Ambiente. Fuentes consultadas por este periódico indican que restañar esa confianza parece muy difícil si no se concreta en algo más que promesas tangibles que logren salvar la bola de partido y que la Saca de las Yeguas se celebre.

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