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El Rocío se llena de peregrinos en las jornadas previas a la Candelaria

  • La aldea acoge unos días de convivencia con motivo de las primeras citas especiales del año

  • Amplio dispositivo para garantizar la seguridad y los servicios básicos de los asistentes

La primera peregrinación extraordinaria del año al El Rocío se ha saldado con una gran afluencia de personas. La aldea almonteña volvió a vestirse de fiesta y devoción este fin de semana con motivo de las peregrinaciones extraordinarias que trajeron hasta el santuario de la Blanca Paloma filiales acompañadas de decenas de miles de fieles. Fueron Gibraleón, Triana, Villanueva del Ariscal y Pilas, que inundaron la ermita con estampas que recordaban en parte a Pentecostés, eso sí, sin los típicos trajes rocieros y de faralaes. En esta ocasión el atuendo era más bien campero.

La normalidad y el fervor han sido las notas dominantes durante las tres jornadas dedicadas a la peregrinación de las hermandades filiales onubense y sevillanas, en un encuentro que cada año concita una mayor cantidad de fieles, motivo por el cual el Ayuntamiento de Almonte, como en ocasiones anteriores, se ha visto obligado tomar medidas especiales para garantizar la seguridad y los servicios básicos ante el aumento de la población.

En esta ocasión la principal novedad ha sido la prohibición de aparcar en todas las calles y callejones de la aldea, una medida que ha auspiciado un imagen significativa de esta peregrinación con calles tranquilas y numerosos caballistas paseando apaciblemente, carros y charrés y remolques cargados con grupos de peregrinos desplazándose de un lado a otro por al aldea en medio de un ambiente animado.

El Ayuntamiento almonteño había vaticinado para el pasado fin de semana la presencia de hasta 200.000 personas en la aldea. Un cifra no muy alejada de la realidad a tenor de la imagen que ofrecían las cuatro bolsas de aparcamientos habilitadas por el Consistorio y el número de autobuses estacionados en la periferia. La presencia de la Guardia Civil ha contribuido a ordenar la circulación por la aldea, donde sí ha estado permitido el tránsito prácticamente por todo el núcleo urbano, sobre todo para permitir el acceso a las casas para descargar enseres o llevar a las personas limitadas en su movilidad, si bien por lo general no ha sido llamativo el número de vehículos por la aldea.

La presencia de fieles en calles y viviendas tampoco ha sido desdeñable, más con las estampas que se produjeron ayer alrededor del santuario con motivo de la celebración de la misa.

La primera hermandad en postrarse ante la Virgen del Rocío fue la de la Villanueva del Ariscal que lo hizo, como el resto, con su Simpecado, junta de gobierno y estandartes. A ésta le siguió Triana que, como es habitual, arrastra a un buen número de devotos de la Blanca Paloma.

Después celebró la misa la Hermandad de Pilas, que lo hizo acompañada por la asociación de Marchena. Por último rindió pleitesía la onubense de Gibraleón.

De nuevo el santuario volvió a quedarse pequeño para contener la presencia de los peregrinos, constatándose así la fe por la Reina de las Marismas, con el templo como centro de gravedad de la Virgen.

Mientras, en los alrededores de la ermita cientos de peregrinos y visitantes se fotografiaban o hacían sus promesas y peticiones en la capilla votiva llena a reventar, porque las velas demuestran la devoción y la confianza hacia la Blanca Paloma en su mediación.

Junto a los devotos podía verse a turistas que se desplazaron a la aldea para asistir a esta peregrinación extraordinaria, en una aproximación de lo que se vive durante la romería del Rocío. Y es que más allá de lo religioso, el emplazamiento marismeño de El Rocío, su proximidad a Doñana o la afición al mundo del caballo hace que muchos acudan movidos por otros elementos ajenos o adicionales a la religión.

Para atender a toda la aglomeración de personas, las emergencias sanitarias, el consultorio médico, situado en la calle Bellavista, han permanecido abiertas las 24 horas. También se ha reforzado la presencia, en un 50%, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (Guardia Civil, Policía Autonómica y Policía Local), que han realizado controles de alcoholemia en la aldea y de revisión de la documentación de los vehículos. Asimismo, se ha dispuesto de un dispositivo especial de vigilancia en los alrededores de la ermita, así como en las salidas de evacuación habilitadas para atender cualquier emergencia.

En el ámbito medioambiental, el Ayuntamiento ha repartido unas sacas para el depósito del estiércol. El próximo viernes se clebra la Candelaria.

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