Educación

Reciclar no tiene edad

  • A través de una representación teatral, los colegios públicos de Punta Umbría muestran a sus alumnos cómo engancharse en el 'arte de reciclar'

Cuando el lobo Reciclín pregunta: "¿El vidrio?", los niños responden gritando, "¡en el verde!". Si pregunta: "¿y el papel y cartón?", entonces todos gritan, casi al unísono,: "¡en el azul!", y si este ecológico y comprometido pero no feroz lobo lanza la última preguntya: "¿En que contenedor de debe depositar los envases?", todos los niños, de Educación Infantil de los colegios públicos de Punta Umbría, saben al dedillo la respuesta. "En el amarillo" . Prueba conseguida.

Esta es la particular y lúdica manera en que los operarios de Medio Ambiente del Consistorio puntaumbrieño, junto con la colaboración de la empresa de Educación Medioambiental Platalea, sensibiliza y educan a estos escolares en la necesidad de reciclar los residuos que genera la vida doméstica, es decir, que se generan en sus propias casas.

Niños de entre 3 y 5 años de los colegios públicos aprenden la utilidad de los contenedores, con las demostraciones de los personajes de fábula del guiñol. Los niños descubren la existencia de los cuatro tipos de contenedores y la utilidad de cada uno de ellos. Algunos se sorprenden al saber de la existencia del contenedor gris y su profesora les explica que en su ciudad "los desechos de materia orgánica, es decir, los desperdicios de lo que comemos, se depositan en un contenedor de color verde". Los niños afirman reconocer ese contenedor.

A continuación dos singulares bolsas de basura, coronadas de amarillo y azul, saltan desde detrás del guiñol. Son las operarias de Platalea que se disponen a practicar con los niños el 'arte de reciclar'.

Es el momento de ver lo que los niños han aprendido y para ello hay que usar los contenedores. Sobre la mesa del aula se sitúan las reproducciones del amarillo, el azul, el verde y el gris, los cuatro contenedores que los pequeños deben identificar en las calles de la localidad cuando se dispongan a tirar la basura o, en este caso, a reciclar.

El primer paso es clasificar los residuos y para ellos utilizan una gran bolsa de basura llena de residuos. Trozos de papel y cartón, plástico de yogures, botellas de refrescos, y unas fichas con dibujos de botellas de vidrio o cáscaras de frutas servirán para que demuestren sus conocimientos.

Todos quieren participar, así que cada uno de ellos utiliza uno de los residuos que contiene la bolsa, para depositarlo en los contenedores. Luis lleva unas hojas de periódico al contenedor azul, Teresa deposita una de las fichas con la ilustración de una piel de plátano en el gris y así todos a la orden de las monitoras que dirigen la actividad.

El resultado de la parte práctica es perfecto y por eso las monitoras les invitan a ser emisarios del reciclaje y la preservación del medio ambiente dentro de sus hogares. Aunque son pequeños, de entre 3 y 5 años, todos parecen entender bien por qué es necesario el reciclaje.

Como última actividad del taller, aprenderán a sacar partido a los residuos. Cartones de huevo, vasos de plástico de los postres y otros residuos, servirán para algunas de las manualidades.

Más de 200 niños de Punta Umbría participan durante estos días en los talleres medioambientales y aprenden a comprender que la "Naturaleza hay que cuidarla por el bien de todos".

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