Provincia

"Quiero cortar la sangría demográfica que se registra en esta población"

  • Durante la presente legislatura pretende desde el Ayuntamiento poner en marcha proyectos que ilusionen a los cerreños para que se involucren en el desarrollo de la localidad andevaleña

Su triunfo en las últimas elecciones municipales constituyó toda una sorpresa, al arrebatarle la Alcaldía de El Cerro al 'pseudo' socialista Herófito Rodríguez por unos 140 votos de diferencia y encabezando, como independiente, la lista del PP; una formación política, por cierto, que hasta entonces sólo había obtenido escasos resultados electorales.

-¿Una persona como usted, que tiene otras inquietudes intelectuales, cómo entra en la vorágine de la política?

-De forma circunstancial. Yo me encontraba realizando un trabajo estadístico sobre la comarca del Andévalo para el grupo de Andaluces por el Cambio, que versaba sobre la demografía y sobre las posibilidades económicas de la zona. Sin darme cuenta, en un momento determinado, tras presentárselo a los dirigentes del PP, me vi implicado en la puesta en marcha de ese proyecto al convertirse en mi programa político. No obstante, mi primera intención era la de ocupar un puesto intermedio en la lista, no encabezarla, pero como nadie se atrevía a dar el paso adelante para competir con el PSOE, accedí a intentar durante esta legislatura mejorar la situación del municipio.

-¿Por qué cree usted que el PSOE perdió la Alcaldía?

-Entrar en las motivaciones que hagan ganar o perder a un partido una alcaldía se me hace muy cuesta arriba explicarlo, aunque es cierto que se habían producido una serie de situaciones relacionadas con casos de transfuguismos que a los ciudadanos les parecía poco serio y que hasta cierto punto estaban dando la sensación de que la política municipal se estaba profesionalizando. También pudo influir la posible confianza que los votantes pudieron depositar en mí, teniendo en cuenta que yo no cobro nada por este cargo ni ninguno de mis concejales porque no somos profesionales

-¿Su proyecto político se limita sólo a esta legislatura?

-Por ahora no tengo ninguna intencionalidad de seguir. Todos los días tengo que convencer a mi familia de que lo que estoy haciendo tiene su importancia, porque ellos me dicen que le estoy dedicando muchas horas a esta labor. Cuando nos reunimos se permiten el lujo de pedirme cuentas.

-¿Pero puede ocurrir que al final le guste ser alcalde?

-No es gustar o no, es cuestión de servicios. Estoy jubilado y tengo una edad que mi anhelo es leer, salir al campo a buscar espárragos, a pasear; en definitiva, dedicarme a la vida contemplativa, a viajar y a visitar a mis hijos. Tendría que ocurrir una debacle desde el punto de vista político o que existiera en perspectiva un proyecto muy concreto, al que pudiera echarle una mano, para que cambiara mis planteamientos actuales. De todas formas, y aunque nunca se puede decir que de este agua no beberé, mi compromiso, tanto a nivel personal como familiar, es sólo por cuatro años.

-¿No le parece a usted un tiempo algo corto para activar un municipio?

-Es cierto, pero sí se pueden poner en marcha muchos detalles que son importantes. En este caso es como en la física: el romper la inercia es fundamental, sobre todo la inercia de la subvención. Durante estos cuatro años tenemos que buscar a personas que se integren y que luchen por el beneficio del pueblo. El Cerro es un pueblo de personas muy inteligentes, pero muy acomodaticias, por eso, desde el Ayuntamiento vamos a intentar activar y ayudar a las personas que sean emprendedoras.

-¿Qué proyectos ilusionantes se pueden poner en marcha en cuatro años?

-El más atractivo, en la actualidad, es el proyecto del geriátrico, que lleva 18 años parado. Hay otras iniciativas relacionadas con los cítricos, con la apertura de la mina de Aguas Teñidas e incluso a nivel turístico, si se trabaja la vertiente gastronómica. Si conseguimos poner en valor estas propuestas en un tiempo prudencial, podríamos cortar la sangría demográfica que se registra en esta población y en la comarca andevaleña en general. Mi campo de batalla es la demografía y el conseguir que los cerreños que estén por otros sitios se empadronen en el pueblo e involucren a sus hijos. Sé que esta tarea es complicada porque mover socialmente a un pueblo con la tradición y los años que tiene éste es difícil, pero, sin lugar a dudas, es la única solución.

-¿Cómo se encuentra a nivel económico el Ayuntamiento?

-Las arcas están en este momento bajas y en negativo, pero tampoco una cosa excepcional. Sin embargo, sí existe un temor grave y es que sólo están consolidados los presupuestos municipales hasta 2002; es decir, que aún quedan pendientes las cuentas de 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007, y esto significa que no podemos ver ni hacer una radiografía económica del municipio hasta que no hayamos podido contabilizar todas las partidas y comprobar como se incardinan unas con otras.

-¿Cómo es su relación con las mancomunidades?

-El Cerro pertenece a dos, a la del Andévalo Minero y a la del Andévalo, que se encarga de los residuos. Yo soy partidario de la optimización de funciones, si estas entidades eliminan el clientelismo político actual y se dedican en exclusiva a prestar servicios básicos de forma generalizada, y desde una gestión operativa, evidentemente podrían decir mucho.

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