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El PP cubre los siete escaños vacíos con las miras puestas en las elecciones

  • Dos miembros de la lista tomarán posesión como concejales en el Pleno del Ayuntamiento de febrero y los otros cinco sustituirán en marzo al resto de ediles dimitidos hace ya tres meses

José Antonio Faraco emite su voto en el congreso local del PP, flanqueado por Loles López y Manuel Andrés González.

José Antonio Faraco emite su voto en el congreso local del PP, flanqueado por Loles López y Manuel Andrés González. / c. López

Poco a poco el PP de Almonte va viendo la luz, va cosiendo los desgarros que se han producido en su seno y que se materializaron con el abandono de siete de los ochos concejales del grupo municipal popular. Tres meses después de aquel tsunami las aguas van retrocediendo tras las acciones de contención realizadas desde las altas esferas regionales.

El PP tiene ya los sustitutos de los siete ediles díscolos. Es más, dos de ellos irán, junto al presidente local de los populares y único concejal que permaneció en el grupo municipal, José Antonio Faraco, al próximo Pleno del Ayuntamiento que se celebrará del 1 al 10 de febrero.

Faraco es el único que ha permanecido en la bancada popular tras la dimisión de siete ediles

Así lo dio a conocer ayer a este periódico el secretario general del PP almonteño, Manuel Ángel Fernández, que detalló que serán Matías Medina y Antonio Villalón los que tomarán posesión en la sesión plenaria. Ambos iban en la lista que el PP presentó en las elecciones municipales de 2015. En concreto Medina ocupaba el puesto 16 y Villalón era segundo suplente.

Pero además, el PP ya tiene los nombre de los otros cinco concejales que completarán la bancada popular, si bien Fernández no detalló de quién se trata. Sí que son personas fuera de la lista inicial.

Según Fernández, una vez que se agotaron los nombres de la lista buscaron fuera de ella. Después se iniciaron los trámites correspondientes ante la Junta Electoral Central, por lo que no podrán tomar posesión este mes sino que se prevé que lo hagan en la sesión plenaria de marzo.

Así, después de meses con tan solo un edil en la bancada popular, finalmente el grupo municipal va a recuperar la normalidad con sus ocho miembros y sentará las bases de lo que será la candidatura de los populares para los comicios del próximo año.

Faraco fue el único concejal del PP que mantuvo el acta municipal tras la dimisión en bloque de otros siete de las filas populares, hasta el punto de quedarse solo como cabeza visible del partido en Almonte.

La dirección provincial del PP aseguró que el grupo municipal recuperaría la calma institucional para seguir defendiendo los intereses de los almonteños y que se sustituirían todas las bajas, así ha sido a base de trabajo.

La dimisión en bloque pilló por sorpresa a la dirección provincial por inesperada y por la "alevosía" con que se llevó a cabo durante la celebración del Pleno de noviembre. Lo hicieron, según manifestó entonces el ahora exportavoz del grupo municipal (alcalde en la legislatura anterior), José Antonio Domínguez, por discrepancias con la dirección local y provincial.

La gota que colmó el vaso fue la celebración en julio del congreso local donde se produjo un punto de fricción entre las dos corrientes que se habían creado en la formación política.

La dirección del PP dijo "respetar" la decisión legítima y honrada de sus ya ex compañeros de filas, porque además lejos de aferrase a sus actas de concejal decidieron ponerlas a disposición del partido con el habían concurrido a las elecciones municipales.

Con la celebración del congreso se trataba de poner punto final al vacío de poder dejado tras la decisión de Manuel Ángel Barrera de presentar su dimisión irrevocable. Una gestora provincial se hizo con las riendas a nivel local hasta el cónclave al que no comparecieron ni Domínguez ni ninguno de los ediles que previamente firmaron su dimisión al entender que se había vulnerado el principio de "transparencia y juego limpio". Finalmente el presidente del PP fue elegido con el 100% de los votos.

Previamente, habían dimitido José Carlos Curto y Miguel Ángel Fernández por diferencias de criterio con la estrategia de oposición de Domínguez, mientras que Lidabeth Romero lo hizo por cuestiones personales.

Con la deserción de los siete concejales, el PP se quedaba en cuadro para cubrir las nuevas bajas. De la lista inicial, formada por 21 candidatos y 3 suplentes, habían abandonado 10.

La crisis interna de los populares allanó aún más si cabe el camino del PSOE en su labor de gobierno en minoría, pero sin visos de oposición. Los socialistas gobiernan con diez concejales, frente a los dos de Mesa de Convergencia y uno de IU.

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