Provincia

El PGOU de la discordia

  • El planeamiento previsto por el equipo de Orta preveía la construcción de 6.000 viviendas que se sumaría a las seis mil de las normas subsidiarias · El municipio alcanzaría los 50.000 habitantes

El crecimiento urbanístico de Aljaraque se ha disparado en la última década. Una desmesura que se ha visto frenada por la propia ley del mercado, que no por la política urbanística puesta en marcha por el anterior gobierno municipal, encabezado por Juan Manuel Orta. El municipio, que incluye los núcleos de Aljaraque, Corrales y Bellavista-La Dehesa cuenta con unas Normas Subsidiarias, aprobadas en el año 2000 y a desarrollar en diez años, cuyos planes parciales se encuentran en fase de ejecución. Según datos facilitados por el Ayuntamiento el plan parcial número uno cuenta con 580 viviendas, que ya están todas construidas; el número dos con 90 viviendas, que aún no se han realizado; el tres con 83 edificaciones, que todavía no se han terminado; el cuatro con 122 construcciones, que aún no se han ejecutado; y el cinco con 349, de las cuales 300 faltan por construir. El plan parcial número ocho es el que contempla el mayor número de viviendas, con un total de 2.159, de las que restan por edificar en torno a unas 1.000; el número nueve prevé la construcción de 441 viviendas, de las que restan por hacer cerca de 300; el número diez cuenta con 184 sin iniciar; el número once, otro de los planes con mayor número de construcciones, contempla 1.776 viviendas, de las que se están construyendo unas 300; el doce, con 500 casas está por iniciar; y el trece cuenta 122 edificaciones, de las que aún quedan algunas por realizar.

Así de las 6.359 viviendas a construir según los planes parciales, están construidas 798, 1.098 se encuentran en una fase muy avanzada de construcción, 2.478 están en distintas fases de realización y el resto, 1.985 por desarrollar.

El Ayuntamiento considera que con el número de viviendas de las normadas subsidiarias que faltan por construir, el municipio cuenta con un volumen suficiente para cubrir la demanda de renta libre. No ocurre lo mismo, con las Viviendas de Protección Oficial (VPO). Tras una primera etapa de desarrollo urbanístico entre el 79 al 93, donde más del 50 por ciento de las construcciones fueron VPO, en los últimos doce años tan sólo se han construido 20 viviendas de protección oficial.

El avance del nuevo Plan General de Ordenación Urbana presentado por el anterior gobierno municipal contemplaba la construcción de otras 6.000 viviendas la mayoría de ellas de renta libre, al tiempo que las de VPO se concentraban en zonas muy concretas. De entrada, el Ayuntamiento actual ya ha comprometido suelo para 560 viviendas protegidas dentro del Pacto Andaluz por la Vivienda.

El nuevo PGOU, que pretende aprobar el nuevo equipo de Gobierno (PSOE-IU), contempla sólo la realización de 1.500 viviendas la mayoría bajo la figura de protección oficial. Para ello, el Ayuntamiento ya ha contratado al equipo redactor. Está previsto que el proyecto esté listo en el plazo de dos o dos años y medio.

Con este nuevo planeamiento urbanístico, Aljaraque alcanzará en el plazo de diez años una población de 30.000 habitantes, la suma que se deriva de las normas subsidiarias, el PGOU a desarrollar y el censo actual del municipio, lo que supone una reducción de unos 15.000 habitantes respecto al Plan General previsto por el PP, ya que con él se superarían los 45.000 habitantes. Sólo con el desarrollo de las normas subsidiarias la población aljaraqueña hubiera superado los 20.000 habitantes el próximo año, teniendo en cuenta que en los últimos tiempos la población ha crecido a razón de casi mil habitantes al año.

El equipo de gobierno asegura que es propio mercado el que está poniendo freno al crecimiento poblacional y a la demanda de viviendas, ya que desde hace meses no se inicia ninguna promoción nueva. El POTA sitúa también los límites de aumento poblacional del municipio en unos parámetros menores de los que se establecía en el avance del plan general.

La idea de los munícipes actuales es que junto a la redacción del nuevo PGOU se realice un estudio de las necesidades de viviendas en Aljaraque y se cree una oficina de participación ciudadana. De forma paralela, el Ayuntamiento está negociando con los promotores para corregir los efectos negativos de las normas subsidiarias, de forma que se puedan reconvertir algunas de las viviendas de renta libre, por ejecutar y sin demanda, en viviendas sociales en función de la demanda de los vecinos y aprovechando la urbanización ya realizada de los terrenos.

La federación de asociaciones vecinales de Aljaraque ya mostró en su día su rechazado al plan urbanístico del PP y solicitó la retirada del avance para realizar una redacción conjunta. En su opinión, el documento no tenía en cuenta las dotaciones municipales necesarias para satisfacer el aumento poblaciones previsto ni tampoco zonas de esparcimiento público. Costas también advertía de cierta conflictividad urbanística en el municipio en cuanto a prestaciones de servicios.

Del crecimiento desmesurado se hizo eco también la plataforma vecinal por la defensa del entorno natural que reclamó la coordinación de las distintas administraciones para resolver los problemas derivados del aumento poblacional en los tres núcleos.

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