Provincia

Moguer abraza a Curro Garfias

  • El alcalde, Juan José Volante, impone la Medalla de Oro de la ciudad a uno de sus hijos más queridos y admirados por las letras hispanas · Emocionado discurso del poeta en la iglesia de su infancia

Ocurre a veces que la mano toca el cielo y no lo sabe/Estaba Dios aquí. ¿Lo habéis sentido? Estaba en la sonrisa de aquella flor del cáncer.

Con este dibujo literal, quizás de la muerte, ha caminado Francisco Garfias por una larga senda que sus 87 años no son nada. Han sido un 'Entretiempo' sacado de su particular 'Horizonte recogido' escrito en su 'Jardín inacabado'. Es la memoria de un hombre bueno, como diría Miguel de Unamuno, que ayer recibió el abrazo pleno de Moguer en un acto que le devolvió a su infancia, a pasear por sus calles y a reconocer que Juan Ramón Jiménez ha ocupado gran parte de su vida.

Fue, tras la tempestad de la Guerra Civil, la iglesia de Nuestra Señora de la Granada, aquella que escuchó sus oraciones de niño, testigo de un solemne y culto acto popular.

Y Curro Garfias apuntaba en su recuerdo: Ocurre a veces que la mano toca más allá de la muerte y no lo sabe.

Bastaba oír el silencio de Moguer para entender que uno de sus hijos, grandes, recogía la Medalla de Oro de la ciudad que reía camino de Fuentepiña, alborotada como sólo Juan Ramón la veía.

El alcalde, Juan José Volante, sabe que tardará, puede que una eternidad, Moguer en parir en un siglo dos poetas como Juan Ramón y Francisco Garfias. Un Nobel y un Nacional de Literatura que llenan las calles de la ciudad de la luz de un mar de versos.

Volante califica a Garfias de "poeta excepcional", un hombre de "palabra y corazón limpios, de talante abierto y generoso". Una persona, subraya, que "desde su humildad y su modestia nos da constantes ejemplos de su amor y compromiso con la verdad y la belleza".

Pero Garfias ha cantado fiestas, Semana Santa y romerías no sólo en Moguer sino por toda la geografía provincial y nacional. Es un Moguereño militante que ha colaborado de forma incansable con cuantas entidades y asociaciones han solicitado su apoyo. Por eso, ayer el Ayuntamiento le hizo entrega de un reconocimiento que le llena de orgullo. Un homenaje a un poeta de enorme talla moral.

Francisco Garfias estaba abrumado. Así lo dijo a sus vecinos: "Desbordado por tantas muestras de cariño que no merezco, y agradezco al Ayuntamiento y a todos mis paisanos las constantes muestras de afecto para con este viejo poeta".

El autor de 'La duda' reconoció emocionado las muestras de cariño de su pueblo y anunció que "esta medalla de oro la luciré con orgullo hasta el final de mis días". Olvidó decir de mis libros, que ya son más de ochenta, uno por año.

Tiró Garfias de la memoria para recordar a las personas queridas que ya no están aquí, "a mi madre, a mi padre, mi encantadora hermana Pastora María, a la que tanto debo por su apoyo y cariño constantes, a mi entrañable amigo Rafael y a mi sobrino Paco López, a los que sin duda hubiera emocionado igual que a mi este extraordinario homenaje que hoy me brinda Moguer".

Mostró Garfias su enorme satisfacción porque la medalla de oro ha sido concedida por unanimidad de todos los grupos políticos del Ayuntamiento moguereño. Al fin y al cabo, su único compromiso declarado ha sido "la poesía y mi pueblo, al margen de cualquier matiz político".

Retó al futuro desde su escritorio con la tranquilidad de quien "toca más allá de la muerte y no lo sabe", con la paz de vivir "en la casa de Moguer donde nací, en la que nacieron mi madre y mi abuela, en la que viví mis primeros años y emociones. Y donde, cuando Dios quiera, me despediré de este mundo".

Sus palabras se clavaron como saetas en el auditorio.

En nombre de su pueblo, el alcalde subrayó su enorme "sensibilidad, su profundo conocimiento de las raíces, tradiciones y sentimientos y el cariño e interés que siempre ha puesto en todo lo relacionado con su Moguer natal".

Volante asegura que Garfias "ha convertido los pregones en verdaderos altares de devoción moguereña a sus vírgenes y cristos, que sin duda reservan para este gran poeta y mejor persona un sitio de honor en el Parnaso de la poesía".

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