Provincia

Envases para zumo de piel de naranja

  • La fábrica Cítricos del Andévalo inicia el proceso para fabricar bioplástico a gran escala

  • El proyecto, ya en marcha, dará sus frutos dentro de año y medio

La Comisión Europea ha establecido recientemente unas pautas sobre lo que se entiende por bioeconomía o economía circular, un concepto que podría sintetizarse en una economía sostenible y eficiente en el uso de los recursos, con unos objetivos muy claros: bajas emisiones, fomento de la innovación, reconciliar las demandas de una agricultura y pesca sostenibles con una alimentación asegurada y un uso equilibrado por parte de la industria de recursos biológicos renovables, asegurando la biodiversidad y protección del entorno.

Carmen Vela, secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, definió en julio del año pasado en pocas palabras la bioeconomía como "la interacción de nuestra especie con un ecosistema que exige ser tenido en cuenta, pues de lo contrario no habrá futuro para la humanidad".

En la provincia de Huelva, la fábrica de zumos de Cítricos del Andévalo, ubicada en Villanueva de los Castillejos y que gestiona la multinacional española J. García Carrión, propietaria de la conocida marca Don Simón, tiene este concepto muy claro y desde que en 2009 se incorporara a ella como director Antonio Moreno, "somos conscientes de que los recursos locales son limitados y como queremos estar mucho tiempo en la zona, es imprescindible no agotarlos. Y el agua, uno de los más importantes".

Por todo ello, prosigue Moreno en declaraciones a Huelva Información, "trato de impulsar una filosofía basada en la teoría de los tres ceros: cero residuos sin valorizar, cero consumo de agua y cero emisiones contaminantes. Estos son nuestros grandes objetivos".

En el marco del primero de los retos, el de cero residuos sin valorizar, Cítricos del Andévalo está dando en estos momentos un gran paso con su participación en un consorcio integrado por seis empresas y tres centros de investigación, el cual lidera, y que está desarrollando un proyecto que tiene por objeto fabricar las botellas de PET donde envasa sus zumos usando para ello como principal materia prima la cáscara de las naranjas que la propia planta onubense exprime.

Moreno asegura que la investigación "se encuentra ya en una fase bastante avanzada", concretamente iniciando el proceso de optimización para la obtención de bioplástico a gran escala, por lo que se muestra convencido de que "en el plazo de un año y medio o dos estaremos en disposición de empezar a usar este nuevo material para la fabricación no sólo de los 100 millones de botellas de PET que en distintos formatos salen cada año de la planta de Villanueva de los Castillejos, sino de los 300 millones de estos envases que J. García Carrión comercializa en todas las plantas del grupo".

El proyecto, que cuenta con un presupuesto de 2,35 millones de euros, está siendo financiado prácticamente al 50% entre el consorcio empresarial que lidera la propia J. García Carrión y el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), una entidad pública empresarial dependiente del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad que promueve la innovación y el desarrollo tecnológico de las empresas españolas, a las que canaliza las solicitudes de financiación y apoyo para sus proyectos de I+D+i.

La iniciativa fue presentada ante el CDTI en junio 2016, obteniendo resolución favorable en noviembre de ese mismo año, y cuenta con un plazo de ejecución de tres años.

Según detalla Moreno los trabajos de investigación se centran, muy resumidamente, en añadir a los azúcares que contiene la cáscara de la naranja microorganismos (bacterias) capaces de producir monómeros que sirven de base para la obtención del material bioplástico con el que finalmente se fabricarán los envases.

El Departamento de Microbiología de la Universidad de Sevilla, que forma parte del consorcio, se encarga de la investigación y selección de aquellas bacterias con una mayor capacidad de producir monómeros a partir de los azúcares de la cáscara de la naranja. Otra de las empresas que integran el consorcio se encarga de polimerizar los monómeros obtenidos, y otras dos llevarán a cabo finalmente el proceso de fabricación de la preforma de las botellas, las cuales serán finalmente concluidas en la planta onubense de Cítricos del Andévalo.

De forma paralela, y como parte del mismo proyecto, otra de las empresas del consorcio se está encargando de adaptar el uso del material bioplástico obtenido gracias a este proceso, para su uso en el recubrimiento de elementos y vías férreas.

Según detalla Moreno, el 97% de los polímeros tienen como componentes básicos monómeros obtenidos del petróleo o sus derivados. En este sentido, añade, el principal objetivo del proyecto es abandonar el uso masivo de estos recursos fósiles que generan una serie de problemas para la sociedad actual, tales como el efecto invernadero o la dependencia mundial de ellos a nivel económico, social y energético.

Al margen de este ambicioso e innovador proyecto, J. García Carrión lleva ya años valorizando y dando otros usos en su planta de Huelva a las 200.000 toneladas de cáscara resultantes de las 400.000 toneladas de naranjas que exprime en ella cada año. Un material que según el director de la planta "trituramos, prensamos, concentramos el licor y secamos con calor generado con biomasa (cáscaras de almendras, huesos de aceitunas y restos de podas), obteniendo finalmente pienso en pellet indicado para animales rumiantes, a los que aporta energía de forma inmediata, lo cual potencia el aprovechamiento de proteínas en su dieta". Dicho pienso, asegura, "abarata la alimentación del animal".

Cítricos del Andévalo produce y comercializa en su fábrica de Villanueva de los Castillejos una decena de camiones al día, o lo que es lo mismo, unas 20.000 toneladas al año (20.000 millones de kilos).

Otros productos que Cítricos del Andévalo lleva años obteniendo de la cáscara de las naranjas que exprime es D-Limoneno (unas 400 toneladas al año), el cual se usa como sustituto de algunos derivados del petróleo, por lo que se considera bio, empleándose como componente para la fabricación de disolventes industriales, desengrasantes y detergentes; así como aceite esencial de naranja (otras 400.000 toneladas anuales), el cual se destina a las industrias alimentaria, cosmética y de perfumería.

Finalmente, y ya casi como una anécdota, la planta onubense también obtiene de la cáscara de naranja, en este caso añadiéndole extractos de flor de azahar, un perfume propio al que ha dado por nombre Capricho de Fala (en alusión a la propietaria de la empresa), el cual por el momento sólo destina la empresa a fines promocionales, pero que tiene la intención de comercializar de cara al futuro.

CERO CONSUMO DE AGUA

Es el segundo de los tres pilares que, partiendo del concepto de bioeconomía, sostienen la planta del grupo multinacional español J. García Carrión en Villanueva de los Castillejos. Y es que, según su director, Antonio Moreno, el cien por cien del agua que empleamos en el proceso de fabricación del zumo se emplea posteriormente para el riego de las 1.500 hectáreas de naranjos que la propia empresa cultiva alrededor de la fábrica.

Eso se traduce, apunta Moreno, en un "consumo neto cero de agua en la planta". Según los datos aportados a este periódico por el director de la planta onubense dicha plantación necesita, dependiendo del año, entre 5.000 y 6.000 metros cúbicos anuales de agua por hectárea, de los que 400.000 (un 12%), pasan previamente por la fábrica para el lavado de las naranjas antes de ser exprimidas (20%), y para el sistema de limpieza de las instalaciones (80%).

Según añade, una "ventaja añadida" de este sistema es que los productos químicos usados en la limpieza industrial de la planta, y que por tanto se añaden al agua para tal fin, han sido diseñados pensando en la necesidad de nutrientes de la plantación de naranjos, lo que a efectos prácticos se traduce, según explica Moreno, en la sustitución de sosa por potasa y en el uso de detergentes elaborados con ácidos cítrico y fosfórico, "con lo que el agua depurada para el riego de nuestros naranjos previamente usada en la planta contiene concentraciones elevadas de potasio, nitrógeno y fósforo, elementos esenciales para la nutrición del naranjo". "Ello supone -añade- la eliminación en nuestras fincas de fertilización, y por tanto del uso de productos químicos fertilizantes".

CERO EMISIONES

En el marco del objetivo de cero emisiones contaminantes, la planta onubense de J. García Carrión tiene actualmente instalada una depuradora anaerobia que produce biogás metano, el cual es posteriormente usado en la fábrica reemplazando los combustibles fósiles y reduciendo hasta en un 40% las necesidades de consumo de gas procedente de este tipo de combustibles.

En esta línea, según concluye Moreno, "tenemos previsto invertir este año en un proyecto destinado a eliminar el 60% restante mediante generación de energía con calderas de biomasa, lo cual también podría contribuir a la puesta en valor del sector maderero onubense, cuya actividad quedó muy mermada tras la marcha de Ence de la provincia".

UNA FÁBRICA MODÉLICA

La planta onubense de Don Simón exprime actualmente 400.000 toneladas de naranjas al año y sus mejoras tecnológicas le permiten duplicar esa producción, que actualmente se materializa en un millón de envases diarios y dos millones diarios de kilos de naranjas exprimidas.

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