flujos migratorios

Cáritas detecta a más de 700 personas que "malviven" en asentamientos

  • Están localizadas en 25 campamentos de Lepe, Mazagón, Palos, Moguer y Lucena del Puerto

Construcción de una chabola en la zona de Lepe.

Construcción de una chabola en la zona de Lepe. / h. información

Cáritas Huelva ha contabilizado y atiende en la actualidad a unas 730 personas que "malviven" en unos 25 asentamientos de la provincia, principalmente en Lepe, Mazagón, Palos de la Frontera, Moguer y Lucena, una cifra que previsiblemente aumentará en febrero durante el inicio de la campaña de recolección de la fresa, fecha en la que se pueden contabilizar hasta 2.000.

En declaraciones a Europa Press, la técnico en el proyecto de atención a personas en asentamientos de la zona del Condado occidental, Susana Toscano, ha remarcado que las cifras son "altas porque los asentamientos han pasado de ser temporales, por las campañas agrícolas, a ser crónicos, porque la gente se busca otro tipo de trabajos".

Tras asegurar que la mayoría de estas personas son de origen africano, insistió en que "Huelva ha pasado de ser una provincia de temporeros a ser una provincia con asentamientos estabilizados, ya que a muchos no les merece la pena irse a otras provincias para trabajar en otras campañas".

Durante la primavera, concretamente desde febrero hasta el mes de mayo, los asentamientos se ven más poblados, tal y como ocurrió en 2015. En el pasado año, concretamente en el segundo mes, Cáritas contabilizó alrededor de 1.100 inmigrantes, 2.600 en marzo, 2.400 en abril y algo menos en mayo, unas cifras algo inferiores a las registradas en las mismas fechas de 2014.

Normalmente desde julio a diciembre el número de inmigrantes suele ser homogéneo, según se desprende de los datos consultados, con una media de 700 personas, cifra que se alcanza tras descender esta población cuando culmina la campaña. "El problema radica -señaló Toscano- en que esta población se triplica en estas localidades y no existen albergues ni casas para alquilar".

Del mismo modo, tras dejar claro que "la mayoría de los contratados por los empresarios cuentan con casas en las propias fincas", ha remarcado que "hay una parte que malvive en asentamientos y la solución tiene que venir del trabajo conjunto de las administraciones con los empresarios y las entidades sociales, que trabajan y conocen las circunstancias de estas personas".

Cáritas colabora con estas personas a través de su ayuda y asesoramiento, pero la organización lamenta que "llueva sobre mojado" cuando ocurren incidentes como los incendios que se produjeron a lo largo de 2015 o incluso algunas muertes en reyertas y atropellos, como los ocurridos recientemente. Cáritas aborda esta realidad desde hace una decena de años mediante su atención a los temporeros en sus necesidades básicas, en asesoramiento social, recursos de higiene y acogida en caso de enfermedad o convalecencia. Esta entidad dispone de un grupo formado por técnicos y voluntarios de las parroquias de los municipios donde se encuentran los asentamientos.

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