Ni el viento ni la incesante lluvia impidieron que miles de personas se manifestaran y colapsaran el centro este sábado a favor de unas "pensiones públicas y dignas". Numerosos autobuses procedentes de diferentes pueblos de la provincia llegaron a Sevilla por la mañana repletos de jubilados para participar en la protesta. Era tan grande la aglomeración de personas en torno a la Plaza Nueva, que la manifestación tuvo que empezar unos minutos antes de lo previsto por una cuestión de seguridad.

Más de 10.000 personas, según estimaciones de la Policía Nacional facilitadas por la Delegación del Gobierno en Andalucía, alzaron la voz para defender su derecho a mantener un poder adquisitivo que se ha visto reducido primero con la congelación de las pensiones por parte del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y ahora con la decisión de Mariano Rajoy de revalorizarlas sólo un 0,25%. En la provincia de Sevilla, los pensionistas cobran de media al año 12.700 euros, según los últimos datos de la Agencia Tributaria.

"Hemos estado muchos años callados. El Gobierno creía que los abuelos no íbamos a dar problemas y así ha sido hasta que nos han tocado el bolsillo", comentaba Juan, un pensionista que acudió a la concentración junto a su nieta adolescente. "Si esto sigue así, lo peor lo vais a vivir vosotros, la gente joven, que estáis pagando nuestras pensiones pero que nadie va a pagar las vuestras".

Minutos antes de las doce, una marea de paraguas comenzó a expandirse por la calle Méndez Núñez hasta la Plaza de la Magdalena. La estrechez de la calle impedía a las personas concentradas en la Plaza Nueva avanzar, por lo que muchas optaron por salir por las calles adyacentes, como Tetuán, Madrid o Mateo Alemán, formándose pequeñas corrientes humanas en estas vías que desembocaban en la Magdalena y en la Campana, donde se volvían a unir a la manifestación, encabezada, entre otros, por el ex concejal de IU Antonio Torrijos.

"Está muy bien que los pensionistas se mojen ahora, cuando les tocan el cazo. Lo que espero es que esto se refleje en la intención de voto, ya que durante años muy difíciles para el país, y especialmente para los jóvenes, han sido las personas mayores las que han sostenido a un gobierno conservador y recortador de derechos", señaló un hombre mientras veía la protesta avanzar por la Campana. En este punto, las vallas de una obra municipal ya acabada dificultaron el avance de una marcha que se desarrolló sin incidentes.

Las imágenes de la manifestación por las pensiones públicas en Sevilla

Mientras los manifestantes caminaban por Laraña entre gritos como "no hay pan para tanto chorizo", "Rajoy, nos has robado la hucha" o "el pueblo unido jamás será vencido", otro importante grupo de manifestantes se concentraba ya en la Plaza de la Encarnación y en las escaleras de las setas, colapsando la zona, cerrada al tráfico.

Cuando ambos grupos estaban a punto de fusionarse y la manifestación se expandía por toda la calle Laraña, Campana y O'Donnell, sorprendentemente, las puertas de la iglesia de la Anunciación estaban abiertas de par en par. "¿Qué ocurre aquí? ¿hay un besamanos?", preguntó alguien en el bullicio. "Peor, una boda. O la novia llega ya o no va a poder pasar". Y así fue. Andando, con el vestido remangado, bajo un paraguas y entre manifestantes llegó una novia con la cara desencajada.

La protesta finalizó en las setas dos horas después de que comenzara y sin que muchos de los participantes pudieran llegar al punto final, repleto de gente.

"La movilización de hoy es una llamada de atención al Gobierno, para decirle alto y claro, que las pensiones públicas son viables" y para rechazar la "raquítica subida del 0,25%", indicó Alfonso Vidán, secretario general de CCOO de Sevilla, uno de los sindicatos convocantes junto a UGT, además de la Plataforma Sevillana por la Defensa de las Pensiones Públicas. Vidán insistió en la necesidad de "un modelo público de pensiones eficaz, eficiente y viable", algo que considera "incompatible con la reforma que el Partido Popular aprobó en solitario en 2013".