La junta general de accionistas de Unicaja Banco aprobó ayer iniciar los trámites necesarios para ejecutar la operación de salida a Bolsa, que ya queda en manos del consejo de la entidad, que la anunciará cuando el mercado ofrezca una ventana de oportunidad. Los expertos consideran que el momento actual es bueno ante la posibilidad de una subida de los intereses a medio plazo. Ahora mismo, no se quiere especular con el calendario pero el inicio del verano está en la mente de algunos de los gestores. La decisión le aupará a la primera división financiera en España y le consolidará como el séptimo grupo bancario privado del país: una clara determinación desde la autonomía, como entidad financiera de referencia en Andalucía, y con sus elevados niveles de solvencia y bajos índices de morosidad como principales valores para competir con fiabilidad en el parqué. Unicaja despeja su mañana después de meses de incertidumbre en los que se han valorado otras alternativas, entre ellas, la posibilidad de fusionarse con otros grupos. Pero todos los parámetros conocidos avalan la hoja de ruta emprendida y su viabilidad futura, una vez que refuerce su capital con la entrada de más inversores. Es cierto que queda por recorrer el camino más difícil. La actuación se ha diseñado como una oferta pública de suscripción de 625 millones de acciones de nueva emisión dirigida a inversores institucionales nacionales e internacionales. Estas acciones tendrán un valor nominal de 1 euro, pero el precio final, que se espera sea superior, no se podrá determinar hasta conocer el volumen de demanda que existe y la prima de emisión a pagar. Por ello, el resultado queda condicionado a que la prospección previa para pulsar el interés existente en el mercado anticipe los objetivos que se ha marcado el banco para salir a cotizar. Uno de los que se persiguen con esta ampliación de capital es la devolución de los 604 millones de ayudas públicas que recibió por la compra de CEISS, lo que le permitirá comenzar a funcionar como grupo bancario con total independencia, y elevar más de un 5% su rentabilidad, según sus propias estimaciones. Hay, pues, que desear que el camino emprendido por Unicaja Banco resulte un éxito. Andalucía, tras la dilución de sus antiguas cajas de ahorros, necesita una entidad financiera potente con sede en su territorio y que se proyecte con ambición al resto de España. En las cuentas aprobadas ayer, el consejero delegado informó de los 2.000 millones de euros concedidos el año pasado en créditos a las empresas y el crecimiento de un 34% de esas operaciones de financiación destinadas a las pymes. Unicaja es imprescindible y no sólo ya para esta comunidad.

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