El PNV ha vuelto a confirmar que no apoyará los Presupuestos Generales del Estado hasta que no se levante la intervención de la Generalitat, de modo que mientras se mantenga en activo el artículo 155 no será posible aprobar las cuentas. El Gobierno de Mariano Rajoy envolvió la presentación de los Presupuestos en el celofán de la expansión del gasto y la reducción fiscal, con una subida salarial para los funcionarios, un incremento de algunas pensiones y el final de los excesos del déficit, en un intento de atraerse a unos aliados imprescindibles con los que no cuenta. Tiene a Ciudadanos, pero el PNV pone una condición que no sólo depende del Gobierno, y todo ello después de haber obtenido grandes beneficios en los Presupuestos pasados y en la negociación del Concierto fiscal. En una carta enviada a sus militantes con motivo de la fiesta de la Patria vasca -que será el domingo-, el PNVadvierte al Gobierno que debe buscarse otros socios "estatales" para garantizar la estabilidad de un Estado con el que, realmente, no están comprometidos. Resulta del todo chocante que después del cuponazo, se retiren de un acuerdo previsible y adviertan que la convocatoria de elecciones generales no dependen de sus cinco escaños. Sin un Govern en Cataluña, es imposible levantar el 155. Y no hay Ejecutivo porque los independentistas se empeñan en proponer a quienes no están limpios de expedientes ante la Justicia. El Gobierno de Rajoy se había conformado con la elección de Jordi Turull para avanzar en cierta normalización, pero los planes del juez Llarena no tienen por qué coincidir con los del Ejecutivo. El PSOEdebería ponerse al lado del Estado, como estuvo con el 155, y entrar a negociar algunas concesiones presupuestaria que permitiesen una alianza sólida frente a los independentistas, al menos, hasta que durase la crisis, pero es difícil que Pedro Sánchez se haga cargo de este tipo de responsabilidades. De este modo, podemos entrar en un nuevo escenario de incertidumbre en la mayor crisis institucional que ha sufrido España desde la Transición. Corresponderá al presidente Rajoy sopesar esta balanza, pero es cierto que el país se expone a un gran riesgo si acude a unas elecciones generales sin que en Cataluña haya un Ejecutivo del que fiarse. Por ello es necesario que el PSOE de Sánchez no dé por cerrada ninguna vía, del mismo modo que es deseable que el Gobierno central incremente su presión sobre el PNV. Tiene los argumentos y los instrumentos, porque aunque no haya existido un acuerdo previo para estos Presupuestos, la maniobra de los nacionalistas vascos sería de una deslealtad intolerable después de haber llenado la bolsa.

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