Londres pierde su flema con Gibraltar

Si Gibraltar quiere seguir perteneciendo a Europa sólo hay un camino. Y ese camino pasa por España

Durante los años del franquismo, países como Gran Bretaña aparecían a los ojos de muchos españoles como auténticas reservas de civilización y democracia, lugares en los que nunca se sobreactuaba en las cuestiones políticas y en los que se sabían mezclar las convicciones con la racionalidad. Es decir, se pensaba en el Reino Unido como en un lugar flemático en el que no se permitían las bravuconadas típicas de las dictaduras bananeras de derecha e izquierda. Esta imagen un tanto idealizada de la vieja Inglaterra ha quedado seriamente perjudicada después de las incomprensibles salidas de tono de varios de sus políticos con respecto al futuro de Gibraltar después del Brexit. Como muy bien apuntó ayer el ministro español de Exteriores, el andaluz Alfonso Dastis, "alguien en Reino Unido está perdiendo los nervios".

No deja de ser extraño que Gibraltar, una colonia-fósil del orden mundial decimonónico, se haya convertido en el centro de una de las primeras batallas que están manteniendo la Unión Europea y la Gran Bretaña después de que ésta haya activado el Brexit. Evidentemente, Londres está intentando estimular el nacionalismo de sus ciudadanos, señalando a la UE (y en concreto a España) como un enemigo que pone en peligro los flecos que quedan de su pasado imperio. El nerviosismo es evidente y la salida de tono del líder tory Michael Howard, amenazando con una guerra como la de las Malvinas para defender Gibraltar, refleja hasta qué punto la política británica ha debido perder el norte. La bravuconada, lejos de ser corregida por el Ejecutivo británico, ha sido incluso superada por el ministro de Defensa, Michael Fallon, quien aseguró con cómica solemnidad que Londres "protegerá a Gibraltar hasta sus últimas consecuencias". Si tanto les preocupa a los conservadores británicos la población del Peñón deberían haberse ahorrado su apoyo al Brexit.

Evidentemente, Gibraltar es sólo una mínima parte de las negociaciones del Brexit y es normal que la UE haya dejado claro que cualquier decisión al respecto se tomará con el consentimiento de España. Nuestro país ya ha sido demasiado generoso al ofrecer la cosoberanía sobre la colonia. Tanto Londres como el Gobierno de Gibraltar deben comprender que el Brexit no se puede ejecutar a la carta, donde, cuando y como a ellos les convenga. Si Gibraltar quiere seguir perteneciendo a Europa, sólo hay un camino. Y ese camino pasa por España.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios