Habría sido deseable mucha más robustez en el consenso que las fuerzas políticas alcanzaron ayer en la reunión del pacto antiterrorista, convocado de urgencia y de forma extraordinaria tras los atentados en Cataluña. Finalmente se rubricó un pacto de mínimos entre los representantes de las formaciones asistentes, todas ellas con representación parlamentaria -trece en total, con la consabida excepción de EHBildu-, consistente en condenar de forma unánime los ataques en las Ramblas y Cambrils, reconocer la labor de las fuerzas de seguridad y de emergencia, y la cívica respuesta dada por la sociedad barcelonesa a la agresión sufrida. El pacto antiterrorista, engendrado a raíz del acuerdo que suscribieron en 2015 populares y socialistas para hacer frente al terrorismo y para dotar con un renovado marco legal a la lucha contra éste, desde el que responder a los nuevos métodos desplegados por las organizaciones criminales -principalmente las de la órbita yihadista-, sigue sin recibir un respaldo total y absoluto: Unidos Podemos y los nacionalistas no se adhieren, haciendo oídos sordos a la petición que ayer les hizo el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, y prefieren seguir asistiendo como observadores. La izquierda parlamentaria persiste en no suscribir el pacto porque dice discrepar de su contenido, pero a continuación, y en su línea habitual, no ofrece ni un detalle ni explica cuáles son esas diferencias. Por su parte, PNV y PDeCat manifestaron su intención de "estudiarlo", un movimiento demasiado tibio, por no decir gélido, si se tiene en cuenta que la devastación que dejan a su paso las acciones de los fanáticos asesinos no deja tiempo ni margen para no sabemos qué lecturas. Con todo, los partidos ofrecieron una imagen inusual, muy alejada del enfrentamiento y la crispación política a la que tienen acostumbrados a los ciudadanos, que han podido visualizar en esta ocasión esa unidad que se ha reclamado no pocas veces a los dirigentes. Esa sintonía, al menos, está garantizada entre los dos principales partidos: el PSOE, a través de su portavoz, Margarita Robles, tiene muy claro que "apoyará siempre" al Gobierno en la lucha contra el terrorismo. Y en ello están la mayoría de las formaciones políticas. Pero no todas. Ayer fue una buena oportunidad para que esas reticencias que algunos partidos conservan aún con el pacto antiterrorista se hubieran desvanecido y difuminado definitivamente. Era necesario un consenso de máximos, no de mínimos.

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