GANAR al Real Madrid es una victoria de calidad. De esas que, digan lo que digan, valen más que tres puntos. Porque significan tres puntos que, a priori, no cuentas con ellos. Aparte de servir para inyectarse moral para posteriores empresas. Sin entrar a valorar cuantitativamente que con ese triunfo el Decano alcanzaría los 32 puntos, con lo que se quedaría a diez, once o doce de su objetivo principal.

El Recre, no nos engañemos, tiene esta noche una empresa difícil. Enfrente estará el vigente campeón de Liga y el actual líder de Primera División que, no hace mucho, tenía el Campeonato muy en sus manos. Viene con bajas, pero hay que tener muy presente que ponga el equipo que ponga Schuster, potencial tiene para ganar en cualquier campo.

Aún así el aficionado recreativista, como los jugadores, deben ir al campo convencidos de sus posibilidades, de que el triunfo no es una quimera, como no lo fue para el Betis o el Almería o más recientemente el Getafe. Y que conste que dos de los equipos que han ganado al Real Madrid tenían en ese momento los mismos puntos que el Decano.

Quien tiene estar seguro de que es posible ganar esa tarde es el propio Recre. Vale que es difícil, harto difícil, pero nunca imposible -'impossible is nothing', dicen por ahí-, como ha quedado demostrado muy recientemente.

Y menos para este Recreativo de Huelva recuperado de sus dolencias, que ha sumado siete puntos de nueve posibles, y que ve su futuro inmediato con una luz más clara que hace unas semanas. Las mismas en las que precisamente el Real Madrid sólo ve túnel y más túnel.