Los tramposos es una película de 1959, dirigida por Pedro Lazaga, en la que Tony Leblanc interpretaba magistralmente a lo que entonces se llamaba "tonto" (palabra en desuso por el lenguaje políticamente correcto). Era un personaje que portaba una bolsa con falsos billetes (que llamaba estampitas) y que siempre daba con un aguililla que se lo compraba por menos de lo que valía, descubriendo más tarde el engaño al que había sido sometido.

El timo de la estampita de aquella España en blanco y negro pervive a través del tiempo. Fue en 2007 cuando la entonces ministra de Fomento, la socialista Magdalena Álvarez, vino a Huelva no con una bolsa de plástico, sino con una cartera de piel portando como estampita el diseño de Calatrava para la estación que acogería al futuro AVE. Hasta 2010 no se descubrió el engaño: eran "recortes de periódico", papeles falsos. A partir de entonces, todo ha sido una sucesión de promesas y mentiras por parte de los gobiernos de Zapatero y de Rajoy que confirman que la historia no sólo se repite, sino que aumenta el descaro y el engaño a Huelva.

Sólo hace un mes que Caraballo, presidente de la Diputación, y Cruz, como alcalde, tuvieron un encuentro en Madrid con el actual ministro de Fomento, De la Serna. Salieron de allí desengañados, sin compromiso ni esperanzas de AVE. Tanta mentira animó a los onubenses a organizar una justificada cacerolada para recibir al ministro el jueves en la inauguración de la estación, pero ¡Sorpresa! Venía con la cartera llena de estampitas. Unas hacían referencia a que se llegará a Madrid desde Huelva en menos de tres horas y a Sevilla en 40 minutos. Otra cuantifica la inversión en unos 1.200 millones de euros y otra se atreve a prometer el Estudio Informativo para junio. Esto huele a que el ministro se sinceró con Caraballo y Cruz y alguien le ha leído la cartilla.

Es sabido que la mayoría de las infraestructuras, en la España democrática, se ha organizado pensando en los votos que éstas puedan conseguir. Sin planificación, ni atención al bienestar social, sin repasar los dictados de la UE… ¿Cómo pueden asombrar los desastres obtenidos?: multas de la UE por falta de depuradoras, aeropuertos sin aviones (Castellón) y los camiones monopolizando el transporte ¿Cómo sorprendernos de que a este ministro le hayan llenado la cartera de estampitas para venir a Huelva? Ocurre que en la película citada, los tramposos son los que ganan, pero en Huelva ya somos expertos en timos. No cuela.

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