Ajuste fino

Antonio Castro / Ancastro@huelvainformacion.es

Entre el templo y el palacio

NO sería extraño que cuando se optó por el día 9 de marzo para las elecciones alguien hubiera tenido una inspiración sobrenatural, a pesar de lo mal que se lleva el poder políticos con los obispos, porque vamos a tener la oportunidad de ir a votar bien reflexionados ya que ese mismo día, como se sabe, se celebra el pregón de la Semana Santa.

La religión y la política, excepto en la zona islámica, donde se confunden- siempre tuvieron problemas de clientela, más o menos desde los primeros imperios: Egipto, por ejemplo, y la batalla entre el templo y el palacio; Roma, donde el cristianismo se hizo finalmente con el poder del imperio y aprovechó su "territorialidad" usando aún hoy la terminología política de aquel mismo imperio en parte de su liturgia y organización. Y así hasta llegar a la batalla actual entre poder político y esa Iglesia que ahora inicia su propio proceso de elección interna en la Conferencia Episcopal.

La verdadera fusión, por tanto, entre el poder político y la influencia religiosa va a estar el día 9 de marzo en la celebración del pregón y las elecciones en una misma jornada en la que ya no hará falta hacer campaña porque estará "todo el pescado vendido", como se suele decir, y los políticos le darán la espalda al santo hasta que pasen al menos tres años, que volverán de nuevo a acompañar a las procesiones fustigándose mentalmente con el látigo de la conversión ante el pueblo.

Esta Semana Santa, por tanto, va a ser tranquila, al margen de que llueva o no, y en el camino de la cruz va a haber menos fariseos que en la pasada, aunque sigan los mercaderes merodeando por el templo.

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