Huelva ha celebrado con todo el hondo sentimiento del cariño una fecha que tiene especial vinculación docente con nuestra ciudad.

Hace doscientos años que se fundó la Congregación de los hermanos Maristas. La fiesta entrañable, familiar, llena de recuerdos ha sido especial en este año cuando ya no hay maristas en Huelva, cuando esa estela de su presencia real, humana y cercana nos daba la fuerza de una congregación que ha significado mucho para miles de onubenses.

Pero la semilla se extendió por aquellos colegios de las calles Palos, La Fuente, Isaac Peral, San Andrés y finalmente Dr. Cantero Cuadrado y centenares de alumnos de varias generaciones se formaron material, intelectual y espiritualmente, bajo el influjo de un hoy santo llamado Marcelino Champagnat, al que conocimos como venerable y beato dejando caer todo el peso de su amor a la juventud en la formación y en la enseñanza.

Cuando con ocasión de una gran celebración marista presenté mi libro La pasión de enseñar, sobre la vida e historia marista en Huelva, pude ofrecer todo mi apoyo y agradecimiento a esta congregación, donde nos educamos.

Ahora los Maristas han llegado al segundo centenario de su fundación. Dos siglos haciendo el bien. Y en esta línea, para celebrar con sentido de solidaridad y amor a los necesitados, los Maristas han cedido una casa en Huelva a Cáritas Diocesana para acoger a personas sin hogar en proceso de autonomía e integración social.

La labor que la Asociación de Antiguos Alumnos Maristas está haciendo es maravillosa y ejemplar, bajo la tutela y entrega del hermano José Luis, el último marista que queda en Huelva. La semilla fructificó y con el hermano José Luis, la presencia de Congregación se mantiene viva y fuerte entre nosotros.

La Asociación de Antiguos Alumnos ha creado una revista con objeto de unir a todos los que un día estuvimos en el Colegio Colón. Cuantos deseen contactar con ella pueden dirigirse a joseantoniomarquezg@hotmail.com quien les informará de todo lo relativo a la actividades de este grupo onubense que con su trabajo y amistad contribuyen a algo tan bello y agradecido como es recordar los mejores tiempos de nuestros pasos por el colegio Marista en Huelva.

El hermano José Luis es hoy para nosotros la encarnación marista viva en Huelva. Nuestra ayuda por esa Casa de la Buena Madre, inaugurada días pasados es sin duda la mejor forma de testimoniar nuestro vínculo marista y nuestra ayuda a los necesitados.

Huelva sigue teniendo aroma marista de dos siglos.

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