Ajuste fino

Antonio Castro / Ancastro@huelvainformacion.es

El rey Urbano y demás pecadores

SE quiera o no reconocer, hay un debate en torno a los reyes magos y sobre todo del empresario Francisco Urbano. No es para tanto. Salvando la acertadísima designación de la Estrella de la Ilusión, Rosa Font, para prender el ánimo de la gente este año, lo demás es cosa del destino.

Francisco Urbano es un empresario de la construcción, un sector que va a tener graves problemas este año y no está mal que se le dé la oportunidad de ser rey mago a ver si consigue que el cielo le escuche.

Y por lo que respecta a la condición filosocialista de Urbano, en estos casos hay que recordar que hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierta que por cien justos que lo sean, palabra arriba palabra abajo. Y no es que Urbano sea pecador o sea más pecador que el común de los pecadores, sino que es bueno que en el entorno del PSOE la gente evoque la venida del Salvador, ande por las sacristías rezándole a los santos y se haga ver entre el incienso mientras Zapatero desde Almonte le arroja la mitra a los obispos.

Francisco Urbano puede ser un buen rey y si a alguien le puede molestar su elección es a Mario Jiménez, su supuesto mentor, pues su supuesto pupilo es monárquico por salir de rey, católico por oficiar la liturgia propia de esa condición, y además quiere que lo vean practicar aquello en lo que cree. El alcalde, con esa mano que a veces parece un poco loca, lo único que ha hecho levantando el pulgar de tal manera es mostrar al pueblo que ninguna supuesta marca, y menos la política, invalida o niega derecho a persona alguna de esta ciudad... Que eso tenga que ver o no con el Ensanche, eso ya es asunto terrenal.

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