Hay una manada de lobos sueltos por España, y a este paso vamos a acabar como Goethe, o como Mozart, o tal vez como Hesse. Hay que leer a Platón, y hay que leer su obra Fedón. En ella nos enseña el destino del alma y la influencia de nuestras obras en ese destino. Pero vamos a dejarnos de filosofar o de hablar con metáforas, el español que levanta este país todos los días tiene claro lo que quiere, y lo tiene claro desde hace mucho tiempo. Desde mucho antes que se constituyera el parlamento para después disolverlo, y se volvió a constituir otro parlamento, y volverán a disolverlo. El español que levanta España quiere que se velen sus intereses, y quiere educación, sanidad, cultura, servicios fundamentales necesarios. Y no quiere corrupción, nunca la ha querido. No quiere mentiras, ni quiere palabras vanas y huecas. El español que levanta este país todos los días quiere poder mirar a los ojos a sus políticos, y que sus políticos le miren a él. Vivimos un momento de transformación social importante y nuestros gestores deben estar a la altura de las circunstancias, pero no lo están, y en la mayoría de los casos nos conformamos con poco que acaba siendo nada. No podemos ni debemos desfallecer. Debemos estar en alerta, atentos, con nuestra generosidad y valentía por delante.

Nos hace falta un político que se deje de programas, de argumentos, de salidas y venidas en televisiones. Un político que diga simplemente que lo que han robado se debe devolver. Nada más. Ese es el único punto de su exposición. Y se olvide de pactos y de indiferencias. Si esto se consiguiera nuestro país dejaría de tener lobos, tampoco tendría asnos, ni aves rapaces. Pero tendría dinero para pensiones, para educación, para sanidad, para cultura, para infraestructuras. Seríamos ricos de espíritu, velados por alguien que nos entiende. A los políticos actuales en España se les ve el plumero y no se les ven los ojos. Es muy triste no poder mirar a la cara a una persona. Como escribía Machado en un poema Tus ojos que a nadie miran. Pero hay que mirar, hay que seguir mirando, y hay que velar. Los ojos infinitos de Neruda están presentes.

En los ojos se abren / infinitos senderos. Escribió Lorca. Y así es, infinitos momentos que deseamos vivir en nuestra tierra. En una tierra pura y de futuro. Los españoles ya hemos dicho alto y claro lo que queremos, pero nuestros políticos no se han enterado.