ES el deseo que ha expresado Lucas Alcaraz. Que hago también mío. Y supongo que el de la mayoría de los aficionados recreativistas. El deseo es que el partido de hoy en Pamplona suponga un punto de inflexión en el devenir del Recre en esta competición, en la que partido a partido, se ha ido metiendo en un callejón con pocas salidas ya.

La única salida que le queda es ganar hoy. Como recuerdo que lo tenía que hacer el año pasado en circunstancias parecidas -y lo hizo-, y como supongo tendrá que hacerlo la próxima temporada por estas fechas si de aquí al 31 de mayo se obra el milagro. Es el sino del Recre, y como tal lo acepto sin más.

Como estoy convencido de que siempre que esté en Primera, año sí, año también, el Decano va a sufrir muchísimo para mantenerse, esta situación la observo con mucho menos dramatismo.

Lo que no quita para que me moleste sobremanera ese clima derrotista que se ha instalado alrededor del Recreativo cuando aún no se ha dicho la última palabra, y hay suficientes puntos en juego para que pueda pasar cualquier cosa.

Admito que las sensaciones no son buenas, por eso deseo que este partido suponga un punto de inflexión, un cambio radical en una marcha peligrosa hacia la Segunda División, de la que aún es posible huir.

Dije esta semana que yo recojo la toalla que otros puedan tirar antes de tiempo. Porque con lo que queda por delante -empezando por el partido de hoy- bajo ningún concepto se puede dar por sentado nada, y de aquí al final la 'lechera' puede hacer infinidad de cuentas.