A L inicio de la época estival, empresarios y trabajadores confían en sus respectivas ganancias (ingresos y contratos respectivamente) y en el resurgir de la economía. Pero en los primeros días del presente mes, el Ministerio de Empleo y de Seguridad Social informó sobre el despreciable récord que ha batido Huelva: el mayor aumento de paro en España. La noticia cayó como un jarro de agua fría: llegaban a 5.371 el número de parados más que los del mes anterior en la provincia. Las causas son más que entendibles. Si la campaña fresera termina dejando en el paro a unas 6.000 personas y se firman alrededor de 500 contratos de trabajo correspondientes al sector Servicios, las cuentas salen.

Un superficial análisis indica que las predicciones relacionadas con el turismo vienen acompañadas, como siempre, de un exceso de optimismo. Confiar en el sector servicios turismo para progresar, siendo el más castigado por el desempleo en Huelva, supera ya cualquier concepto de confianza. Son tantas las contradicciones, que alguna persona responsable debería explicar cómo, si es verdad que se reciben tantos turistas, las empresas correspondientes sólo hayan contratado a poco más de 500 personas. Alguien debería sacarnos del asombro y revelar cómo se han organizado para que con poco más de 500 contratos se atienda a casi un millón de pernoctaciones de turistas extranjeros, un 98% más que el pasado año, y medio millón de turistas en general. Eso debe ser arte empresarial ¿No deberían darnos un premio o algo así a la utilización que se hace de los contratos?

Por otra parte, conociendo que en esa lista de desempleados de junio siguen los procedentes de la agricultura (que, por lo visto, es otro de nuestros puntos fuertes), nos hace más incrédulos. Si vamos en cabeza en exportaciones en Andalucía, si el volumen de ventas casi alcanza los 3.000 millones… ¿Cómo es que las campañas agrícolas se limiten a ser un "pan para hoy y hambre para mañana"? ¿Cómo es que existe esa dependencia económica hacia los frutos rojos por parte de miles de familias, que subsisten únicamente con las ganancias obtenidas durante dicha campaña y con el consiguiente paro posterior, con todas las consecuencias que este modus vivendi trae, desde la economía sumergida hasta la filiación y sumisión hacia las medidas de las políticas sociales?

¿Qué consecuencias han tenido tantos "éxitos" en la población onubense? ¿Dónde queda la creación de empleo? Por favor que alguien lo explique.

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