Crónicas urbanas

Jordi Querol

Una pregunta desde Padua

AL igual que Huelva, Padua juega con dos ríos, el Brenta, que la rodea, y el Barcchiglione, que la atraviesa. Estoy gozando de esta preciosa ciudad renacentista italiana, como consecuencia del premio de arquitectura Barbara Cappochin International Price, del que soy miembro del jurado.

Situada a 38 kilómetros al oeste de Venecia, callejeando tranquilamente se capta de inmediato su gran pasado artístico y cultural, su serenidad y también su belleza. Sin embargo, en Padua el agua es la gran protagonista. La ciudad nació y evolucionó en las cuencas de sus dos ríos, que concretaron definitivamente su textura urbana. La energía del agua movía los molinos y, así, su economía evolucionó positivamente. En Padua, las obras de ingeniería fluvial son múltiples. Con independencia de sus canales, de sus murallas (uno de los ejemplares más importantes de Europa), de sus calles porticadas, de la ausencia de coches (el centro histórico está lleno de bicis) y de sus grandes monumentos, Padua es también muy famosa por su universidad, una de las más antiguas del mundo; entre muchos otros, en sus aulas enseñaron Galileo y Petrarca. William Harvey (el gran médico inglés) estudio en su escuela de medicina, considerada la mejor de Europa.

En su casco histórico disfruto deambulando dentro de un excepcional triángulo urbano, el formado por tres bellas y singulares plazas: la "del Signori", la "della Fruta" y la "delle Erbe". Son tres excelentes plazas (muy próximas entre sí) que generan un espectáculo ciudadano de primerísima magnitud; lo recomiendo.

Hoy, miércoles, 29 de Julio, aprovecho la tarde para hacer turismo y para redactar este artículo. Lo hago en la famosa cafetería Pedrocchi; en una de sus mesas, degustando un buen café, reflexiono sobre el monumental trabajo que nos espera mañana jueves y también el viernes (se han presentado cuatrocientos proyectos arquitectónicos procedentes de los cinco continentes).

Siete arquitectos de distintas partes del mundo tendremos que decidir cuales son los mejores trabajos y, a continuación, premiar tan solo a unos pocos.

La pregunta desde Padua es esta: ¿Serán los proyectos modernos que seleccionaremos capaces de generar esta natural y armónica belleza que se respira en las calles y plazas de la Padua antigua?

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