SON nueve partidos. O sea 27 puntos por delante. Un mundo por recorrer. Como para perder el tiempo en lamentaciones.

El Recreativo de Huelva se va a jugar las permanencia en los nueve partidos que le quedan por disputar. Lo que ha pasado hasta ahora ya ha tenido su reflejo en la tabla y es inamovible.

Marear la perdiz sobre como estaría el cotarro si Rafa Guerrero ve lo que no vio o si el asistente de Daudén ve lo que debió ver es absurdo. No conduce a nada. Agua pasada no mueve molino, y decisión arbitral adoptada no tiene moviola posible. Auqnue se lleve más razón que un santo.

La única y cruda realidad del Recre es que cuenta con 32 puntos. Que son seis más que el Murcia, los mismos que el Valladolid, uno menos que el Zaragoza, dos menos que el Deportivo y el Osasuna, y tres menos que el Betis. Y ahí me paro. Entre esos equipos deben estar los dos que acompañen al Levante en su regreso a la Segunda División.

Y con esos equipos tiene que pelear el Recre de aquí al final, por encima de los negligentes 'iturraldes' o 'daudenes' que se han cruzado en el camino del equipo onubense.

Quedan 27 puntos en disputa, algunos de ellos ante rivales a priori imposibles, otros que lo son menos, y otros que son, a priori también, asequibles. Luego la pelota decidirá. Porque tal y como está la Liga nadie puede dar por sentado ningún triunfo o ninguna derrota, por fácil o difícil que parezca un partido.

Por eso lo que tiene que hacer el aficionado albiazul es cerrar filas en torno a su equipo, olvidar lo que ha sucedido hasta el momento -lo bueno y lo malo- y centrarse en aportar su granito de arena para que el Recre sume el máximo de puntos posibles en los nueve partidos que restan. Que es en los que se va a jugar las habichuelas.