Éramos pocos y parió...

El tema de los políticos catalanes con Andalucía resulta esperpéntico. Yo diría que es adictivo

E style="text-transform:uppercase">xpresaré en este comienzo mis sensaciones encontradas y que van desde la pesadumbre por el fallecimiento de Antonio Garnica, el sacerdote ilustrado que reivindicó al otro cura, e ilustrado también, Blanco White y toda su gran obra. Si además tuvo vinculaciones y amistades en Huelva, la pérdida se agiganta y si además tuvieron relación con el Club Tajamar, la pérdida resulta inmensa.

Por el contrario, hace unas horas, participé en la constitución de la Asociación de Exdiputados de Andalucía. Y es, por ello, que la condición de ex va implícita en el propio desarrollo vital y en la actividad política es una buena condición.

Es gratificante encontrarse con amigos, compañeros y adversarios de antaño, con el fin compartido, en estos difíciles tiempos, de defender la política y, sobre todo, colaborar en su dignificación. Además, los reunidos algo hicimos por esta tierra andaluza, salimos de la reunión imbuidos de los sentimientos que generan la convivencia y el paisanaje.

De ahí el encontronazo afectivo al que me refería. Y es que "éramos pocos y parió…" porque el tema de los políticos catalanes con Andalucía resulta esperpéntico. Yo diría que es adictivo y como toda patología de ese tipo cuando falta la dosis esperada de la adicción surge el síndrome de abstinencia correspondiente, lo que unido a la paranoia independentista genera una verdadera casta clasista y xenófoba que se inició con calificativos de trogloditas, siguió con charnegos y, ahora, esnifadores de pegamento. Ya no les basta con decir que somos perezosos, incultos, vividores… ahora también les enviamos a drogadictos como remate definitivo al listado de afrentas gratuitas con el agravante de que si reciben respuesta -argumentada- será expresión de catalanofobia. Lamentable.

Pero si faltaba algo… parió Cifuentes. Comprendo que no habrá sido fácil -por las pretendidas explicaciones dadas- el parto y la parte, solo parte, de razón en la explicación planteada queda descalificada por la formulación del comentario y, ello, en un político de alto rango es inadmisible, imperdonable e irresponsable. Por tanto, en esos niveles, lo más exacto, correcto y valioso es evitar la excusa por saber medir las palabras.

Así que los andaluces, como ya teníamos poco… "parió Cifuentes". Pero aquí sabemos que "no ofende quien quiere sino quien puede".

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