Mi petición

Una petición final: sean honestos en el servicio y defensa de los intereses de las gentes y el país

Si pretendo ser sincero, les diré que hay muchas semanas en las que me cuesta decidir el tema sobre el cual voy a dar contenido a esta columna. Veamos sencillos ejemplos referidos a los primeros días de esta semana y, desde luego, cuestiones no exentas de polémica.

Si quieren, comenzamos con el chalé en Galapagar, el camuflaje de la incoherencia vía plebiscito militante y la controversia con los líderes andaluces de la formación morada. Podríamos seguir con la legalidad o no de la promesa de cumplimiento del cargo del Quini y su posterior visita a los centros penitenciarios con renovación de cargos a varios de los políticos presos.

En caso de acercarnos a nuestro ámbito territorial, nos encontramos con las declaraciones de la jueza Mercedes Alaya, que reparte "leña" a diestra y siniestra, la testificación de Trujillo, el "ministro", chófer de Guerrero, en la vista de los ERE y para rematar con la sentencia del Tribunal Supremo condenando a la Junta de Andalucía a indemnizar con 169 millones de euros a un empresario granadino… ¿de dónde saldrá el dinero?, ¿dimitirá alguien?... Como vemos, todo ejemplarizante para los ciudadanos que vemos con estupefacción la traca final: Zaplana. Se dice que, en determinadas situaciones, las alegrías duran poco y a Mariano Rajoy, menos aún. Estos días de éxito presupuestario los ensombrece el tema de Eduardo Zaplana y le ponen en la mesa las sentencias de la Gürtel… pero resulta chocante que quien ha endurecido la legislación anticorrupción cuando tuvo los poderes totales en el Partido Popular, quitó de en medio a muchos posteriormente investigados y tuvo, incluso, que declarar se vea, ¿irreversiblemente dañado? En lo electoral sobre todo y nadie pregunta, aunque sea por curiosidad, a quien tuvo en su Gobierno a cuatro ministros respondiendo en sede judicial por sus diversas actuaciones.

Me parece que sería interesante, al menos, conocer la opinión del señor José María Aznar sobre estos pupilos. Podríamos seguir, el espacio disponible no lo permite, pero la conclusión es fácil, ¿verdad que cansa tanta falta de rigor y respeto hacia la gente de bien? Una petición final: sean honestos en el servicio y defensa de los intereses de las gentes y el país.

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