L A verdad es que debe ser difícil formar parte del partido que gobierna y levantarte el día que se presentan los Presupuestos sabiendo que te toca hacer el papelón durante la siguiente semana. En el PSOE hace mucho que aprendieron que la mejor forma para evitar eso es no dar los datos provincializados de las cuentas de la Junta y así nunca se sabe lo que se hace o se deja de hacer. En el PP sufren la obligación del Gobierno de tener que contar partida por partida lo que va a gastar en cada lugar de España y, claro, como consecuencia les toca bailar con la más fea. De este modo, una vez más, y ya van no sé cuántas, los Presupuestos Generales del Estado prevén una inversión en Huelva que es realmente lamentable. La cifra total podría entenderse como buena, pues son 130 millones de euros. Sin embargo, debemos restar de ahí los 73 millones que gasta el Puerto. Unos fondos que, por mucho que se empeñe en atribuirse el PP, son fruto de la buena gestión de la Autoridad Portuaria. Eso no ocurre en Sevilla, Cádiz u otros muelles que son deficitarios y han de poner la mano para recibir ayuda.

Con estas pésimas cuentas se fueron el alcalde de la capital, Gabriel Cruz, y el presidente de la Diputación, Ignacio Caraballo, a ver al ministro de Fomento con la peregrina idea de ver si le sacaban algo más de lo (poco) anunciado. Pero hete aquí que la política en estos casos da pocas sorpresas e Íñigo de la Serna les dijo que lentejas. Tan lentejas son que el dinero previsto para la provincia se limita casi a tres iniciativas de carreteras largamente anunciadas: la variante Beas-Trigueros, la rotonda de Valverde y los accesos al Chare de Lepe. Para lo demás, dinero para fotocopias.

De trenes, la bronca de siempre. A la Huelva-Zafra, nada de nada. Y a la Alta Velocidad un milloncejo y pico para ver si comienza a poner se en marcha la línea tan largamente prometida. No será AVE, como ya se sabía, y queda por dilucidar si será Alta Velocidad o Altas Capacidades. Lo mismo da porque lo que quiere el personal es tardar en llegar a la capital andaluza menos que en una diligencia tirada por burros.

La situación económica del país ha mejorado, pero no tanto como para reverdecer aquellos años en los que se gastaba en inversión pública. Aquí eso se ha visto poco, pero en otros sitios sí se ha visto mucho. Lo que no se ha visto nunca es a un representante del partido del Gobierno dar la cara y afrontar las realidades de forma clara. Diciéndole al personal que esto es lo que hay. Siendo, en definitiva, sincero. (¿Seré iluso?) Lo suyo es echarle la culpa al de antes que para eso se inventó la herencia recibida.

Triste realidad la de esta Huelva que clama por unas conexiones que le garanticen su futuro. Lo hacen los empresarios, los sindicatos y casi todos los partidos. Y mientras, desde el PP miran alrededor y culpan a los demás de su incapacidad para presentar mejores propuestas. Actúan como aquel que cae mal a toda la clase y piensa que la culpa es de todos los demás en lugar de reflexionar sobre los motivos por los que todo el mundo piensa como lo hace. Así les va la cosa. Mejor echarle gasolina al fuego que decir las cosas claras. De perdidos, al río.

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