Paco / Gamero

"Si la pelota 'entrá..."

AHÍ radica el quid de la cuestión. Y no hay otro. Entrenadores hay muchos. Métodos también. Formas de jugar también. Hay de todo como en botica. Los hay más callados, los que hablan menos, quien grita más, quien grita menos, el que se pone traje, el que no se lo pone, el que juega al ataque, el que no juega al ataque, el que arriesga, el que no arriesga... de todo.

A Raúl Agné le gusta corregir sobre la marcha, alzando la voz si es preciso -que los es-, de forma educada -siempre-, pero llevando los galones y asumiendo su papel de entrenador hasta las últimas consecuencias.

Suele ser común en los entrenamientos del Decano los parones del técnico para corregir algún error u omisión del futbolista que, seguro, será difícil que repita en los partidos cuando el parón es imposible y el error, casi siempre, irremediable.

Cuestión de formas y de ideas. Respetables. Cada uno es como es y así hay que aceptarlo. En realidad da lo mismo, siempre y cuando la pelotita entre. Entonces lo tenemos todo.

Si la pelota entra, qué importa que grite o que no lo haga, que salga de su banquillo o que no salga, que vaya en chándal o que no vaya. Si la pelota no entra, ¡ay, ay, que Dios nos coja confesados!

Ya referí hace tiempo la lección no pagada que Alfredo Di Stéfano, entonces técnico del Valencia, dio a este que escribe. Dispuesto que estaba para asaetearlo a preguntas, el mencionado técnico me paró en seco y sentenció: "Si la pelota entrá, el entrenador es muy bueno; si la pelota no entrá, el entrenado es malo y lo echan". Yo no voy a llevarle la contrario a dos Alfredo, por Dios.

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