NO descubro la pólvora cuando digo que en los próximos cinco partidos el Recre se va a jugar buena parte de sus opciones de permanencia. Y es que cuatro de los próximos cinco adversarios, son rivales directos en la pelea por lo mismo, que es seguir un año más en Primera División.

Ya dije el otro día que empiezo a sospechar que los archiconsabidos 42 puntos no van a ser suficientes para eludir el descenso. La exigencia esta temporada se intuye mayor. Por eso estos enfrentamientos ante clónicos (por sus retos) del Decano se presumen determinantes para el desenlace final de la competición.

Serán quince puntos en juego, doce de ellos ante rivales que no sumarían y el Recre sí, en caso de victoria albiazul. Serán quince puntos en juego que pueden llevar al Recre a una zona cómoda, o bien casi condenarle para el resto de la Liga en la que los enemigos serían, a priori, más potentes, y por lo tanto las opciones de puntuar menores.

Mallorca, Racing -única excepción de rival directo- y Osasuna son los adversarios que esperan al Recre lejos del Nuevo Colombino, a donde deben venir Murcia y Athletic de Bilbao. Cada uno es libre de hacer sus apuestas y sus quinielas sobre cuantos puntos serían convenientes amarrar en estos partidos.

Está claro que cuantos más, mejor, por esa doble razón apuntada de que en esos partidos ganas el doble: puntúas tú y no lo hace tu rival.

Serán, evidentemente, cinco finales apasionantes en las que el Recre debe emplearse con la misma presteza que lo hizo ante el Madrid, con las mismas ganas que el día del Deportivo, y con el excelente juego que desplegó en Montjuic. Si además se tiene es pizca de suerte que se tuvo en Valencia y no está Rafa Guerrero, el Recre se queda en Primera.

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