La medicina es una ciencia que da para todo, lo mismo sirve para salvar vidas o mejorar nuestra existencia terrenal que de igual forma se convierte en prisionera de la moda del momento y pasa a ser algo trivial. Voy para cuarenta y un años de licenciatura en esta rama del saber y no saber y cuando crees que el margen para sorprenderte es mínimo abres el periódico y lees cosas como la que hoy les cuento: Muchas empresas, también españolas, están pagando a sus empleadas visitas a clínicas de fertilidad para que se extraigan óvulos y los congelen. De esa forma, dicen, la trabajadora podrá escoger la fecha en la que se quedará embarazada. El día que decidan sacarán sus óvulos de la nevera, lo unirán con un espermatozoide y, ¡zas!, embarazada.

Esta es la parte amable de la noticia, la que cuela, la que parece irrefutable, la que se vende al por mayor. Pero vamos y miramos detrás de la noticia y lo que hay es simple y llanamente empresas hilando fino, muy fino, para que sus empleadas no se queden embarazadas. Por lo que leo, las mujeres que hasta ahora lo han hecho han rebasado ampliamente la treintena. Con treinta y cuatro o treinta y cinco años congelan unos óvulos para el día de mañana. ¿Y cuándo es el día de mañana para quedarse embarazada? ¿Con cuarenta, con cincuenta? Esto es la monda. Las empresas han visto el cielo abierto. Le pagan la congelación de los óvulos, les dicen que ellas decidirán cuándo quedarse embarazadas y mientras sí y mientras no a la mujer se le pasan los mejores años para llevar adelante un embarazo. Puede hasta suceder que cuando decidan quedarse embarazadas les hayan dado una patada en el trasero, estén en el paro y si te vi no me acuerdo.

Por muchos adelantos que nos cuenten en este campo de la fertilidad, lo ideal no es que una mujer se quede embarazada a los cuarenta y cinco años, por ejemplo. Nos han llegado a vender como una proeza tecnológica embarazar a una mujer con casi sesenta años. Pues mira qué bien, la naturaleza ha estado equivocada durante los últimos trece millones de años.

Todas las hembras de todas las especies animales tratan de quedar en estado gestacional en edades en las que la salud y la fuerza se dan por descontadas. De igual forma, parir con treinta años no es lo mismo que con cincuenta y hay algo más que se olvida con frecuencia: el niño. ¿Es igual para un recién nacido una madre con treinta años que con sesenta? Creo que no hay que seguir.

Esto de la congelación de óvulos para escoger la fecha de tu embarazo, de momento creo que sólo beneficia a las empresas, por eso pagan el tratamiento. ¿O no?

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